La estabilidad de una sociedad como la vasca se confirma al ver que, al contrario del estado, las encuestas suelen ser fiables.
EH Bildu crece de manera importante a costa de una izquierda a la izquierda del PSOE, que como ocurrió recientemente en Galicia se lleva un importante descalabro pasando de 6 a 1 parlamentario perdiendo miles de votos.
Ese nuevo diseño preparado desde el chalet de Galapagar de dividir su voto, destroza cualquier posibilidad de ser relevantes.
No parece muy inteligente que con la finalidad de machacar a Sumar y a Yolanda Díaz, se acabe diluyendo casi todo el espacio para beneficio de la izquierda abertzale, que hace apenas unos meses ni soñaba con la situación actual.
Alguien en el susodicho chalet se lo debería hacer mirar antes de acabar definitivamente con todo lo creado en ese sector importante para el devenir de este país.
Por su parte en el resto lo previsto. Un pequeño desgaste de PNV que se ha salvado por los pelos, subida imprevista del PSE a pesar del acoso indecente que sufre en el estado y nuevamente un papel irrelevante de PP a pesar de haber puesto como se dice coloquialmente “toda la carne en el asador”.
Además, ni siquiera han conseguido quitarse de encima a un VOX que mantiene su escaño de Álava.
Mientras EH Bildu ha crecido sí pero no hasta donde se esperaban, probablemente porque en la recta final de la campaña la aparición de su asignatura pendiente respecto a ETA, haya frenado en seco esas previsiones.
Además, la falta de valentía de Otxandiano a la hora de reconocer que ETA fue un grupo terrorista, ha producido una activación del electorado del PNV hasta ese instante adormecido que probablemente tenga que ver con este resultado.
Deben tener claro que mientras no aprueben esa asignatura, mientras no reconozcan el carácter terrorista de ETA no podrán acceder al poder en Euskadi, porque para ello necesita imperiosamente el apoyo de la izquierda estatal, en especial del PSE, que en estas circunstancias no se lo dará.
Es muy probable y eso lo sabe el PNV que ese Rubicón lo atraviesen en los 4 años de legislatura y así en 2028 no debería extrañar que se dé una nueva coalición EH Bildu-PSE.
Pero en el momento actual PNV y PSE siguen sumando mayoría absoluta y el gobierno actual se repetirá esta vez encabezado por Imanol Pradales.
Mención aparte merece la sociedad vasca. Ha demostrado en este periodo que a diferencia de las del resto posee una madurez adquirida durante siglos. Así con la que está cayendo por otros lares por aquí la paz ha reinado en una campaña, en una noche electoral ejemplares.
Se ha hablado de lo que la ciudadanía quiere que se hable, de sanidad (mucho), de vivienda, de comunicaciones, de servicios sociales. Sin insultos, ni exabruptos, con buenos modales y respetando al contrincante. Chapó.
Los líderes estatales han estado por aquí, ojalá se les haya impregnado algo de este legado vasco.
Hace apenas unos años desde aquí se miraba con envidia a las otras sociedades del estado, hoy se ha demostrado que deben hacerlo ellas.
A partir de mañana tocará ya pensar en las elecciones en Catalunya cuya campaña electoral comienza en apenas unos días. Si en ellas el PSOE a través del PSC logra tan buen resultado como el PSE y si además consigue estar en su gobierno, se enfrentará a unas elecciones europeas que en estos momentos se ven con pesimismo.
Las elecciones vascas pueden ser el inicio de una buena época para el socialismo. Pedro Sánchez continúa con su buena suerte.
Veremos.