Nuestra mentalidad actual es incapaz de concebir proyectos en los que intervengan la supresión de fronteras, beneficio universal y reparto racional de los recursos a nivel planetario. «Gente» que actuase así no puede ser otra cosa que una civilización más avanzada que la nuestra, y ha de poseer vehículos espaciales muy avanzados y, cómo no, armas de destrucción masiva. Es la primitiva y generalizada reacción de una civilización que, cuando atisba superioridad intelectual y tecnológica, enseguida se pone en guardia o armas tomar ante tamaña amenaza. Obviamente, el efecto invasión llegó a la literatura (La batalla de los mundos de H. G. Wells). En 1938, Orson Welles adaptó la exitosa novela a una obra teatral radiodifundida, causando alarma y un pánico social que se saldó con víctimas mortales, inducidas desesperadamente al suicidio. No olvidemos que este desenlace de guerra de los mundos deviene como consecuencia de presumir una inteligencia superior, capaz de un trasvase de agua a nivel planetario o una red de comunicaciones que facilitase la movilidad global. Seres inteligentes que han conseguido ese nivel en ingeniería civil, ¿qué no harán en ingeniería militar? En definitiva, una civilización capaz de superar ampliamente nuestras limitaciones, egoísmos y miserias es considerada como hostil, invasiva y altamente peligrosa.
Y, ahora, regresamos a la actualidad en España, donde disfrutamos de un gobierno socialcomunista dedicado a adoctrinar a la población con el sectarismo climático y energético que, inexcusablemente, nos conduce hacia la ruina en todos los aspectos.
El Grupo Parlamentario Plurinacional SUMAR ha presentado una Proposición no de Ley en el Congreso de los Diputados para impedir futuros trasvases de agua, en particular del río Ebro a Almería. La iniciativa, respaldada por la exposición de motivos, denuncia la persistente promoción de trasvases por parte de partidos de la derecha, especialmente el Partido Popular y VOX, a pesar de los riesgos medioambientales y las contradicciones con la normativa europea, según alegan. SUMAR argumenta que este modelo de trasvases es "delirante" en tiempos de emergencia climática y escasez de agua. Además, señala que va en contra de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea, es económicamente absurdo y favorece intereses particulares en detrimento de la sociedad y la sostenibilidad ambiental.
En definitiva, nuestra desgracia, en manos de estos indeseables, supera enfrentamientos entre Israel, Argelia, Marruecos, Italia, Francia, Bruselas… y ya alcanza proporciones interplanetarias.