El imperio del entretenimiento cometió un error fatal al elegir la sexualización de los niños como la colina para morir, cincuenta y cinco años después de que Florida aprobara una ley a petición de Disney. Esta ley establecía el Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek (RCID) alrededor del Walt Disney World Resort, otorgándole todas las responsabilidades y el poder de un gobierno del condado.
Disney se esforzó en respuesta a la HB 1557, la ley de Derechos de los Padres en la Educación del gobernador de Florida, Ron DeSantis. Esta ley, apodada deshonestamente "No digas gay", prohibía a los maestros activistas llevar la política LGBT y el adoctrinamiento transgénero a las aulas de jardín de infantes hasta tercer grado. Disney, que tiene un compromiso de inyectar una "agenda gay nada secreta" en todos los aspectos de su marca, hizo de la derogación de la HB 1557 su "objetivo".
DeSantis demostró ser un rival formidable para el gigantesco ratón, quien no tenía idea de ello. En abril de 2022, DeSantis promulgó un proyecto de ley que derogaba el Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek (RCID, por sus siglas en inglés), poco más de seis meses antes de su victoria aplastante en la reelección con una ventaja de 20 puntos. Luego, en junio de 2023, el RCID se disolvió.
El Distrito de Supervisión Turística de Florida Central (CFTOD, por sus siglas en inglés) fue establecido por DeSantis como reemplazo del RCID, y es aquí donde se vuelve interesante. Con la colaboración de reconocidos expertos en finanzas, gobierno, contabilidad y planificación urbana, el CFTOD llevó a cabo lo que parece ser la primera auditoría exhaustiva e independiente en los más de cinco décadas de historia del distrito. El informe de 80 páginas publicado por el nuevo distrito el lunes revela hallazgos explosivos que pueden resumirse en una sola línea: "la exhibición más atroz de amiguismo corporativo en la historia moderna de Estados Unidos" fue el Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek.