Bill Gates, junto con el apoyo financiero del gigante bancario JPMorgan Chase, creó un fondo global de inversión en medicamentos y vacunas para difundir su perversión farmacéutica a los cuatro rincones de la tierra. Antes de su presunta muerte, el traficante de niños pedófilo Jeffrey Epstein era amigo de Gates. Después de que un juez federal aprobara el 9 de noviembre un acuerdo de 365 millones de dólares con las víctimas de Epstein y las Islas Vírgenes de Estados Unidos, la asociación Epstein-Gates ha estado mucho en las noticias últimamente. Ahora sabemos que muchos de los crímenes de Epstein no habrían sido posibles si no fuera por Gates y JPMorgan.
Después de su tiempo en Microsoft, Gates se adentró de lleno en el mundo de las vacunas, los medicamentos farmacéuticos y los organismos genéticamente modificados (OGM), algo que muchos saben. Estas industrias, que forman parte del entramado de tráfico de niños, encajaban perfectamente con sus inclinaciones eugenistas. En torno al año 2011, Gates y JPMorgan establecieron una asociación llamada Fondo de Inversión en Salud Global (GHIF), según testimonios. La creación de este fondo contó con la colaboración de James E. "Jes" Staley, ejecutivo de JPMorgan, quien contribuyó al esquema de especulación relacionado con vacunas y otras tecnologías de salud diseñado por Epstein-Gates.
Según los informes sobre el acuerdo, se explica que Epstein deseaba participar en la acción y Staley fue quien lo introdujo a la sociedad de Gates. En aquel momento, Staley se encargaba de manejar la relación con Epstein para el banco, quien resultó ser un valioso cliente que trajo muchos negocios a JPMorgan. Epstein brindó asesoramiento a multimillonarios como Leslie Wexner, magnate de Victoria's Secret, y Leon Black, leyenda de Wall Street, así como a las "oficinas familiares" encargadas de administrar sus fortunas. Tanto Wexner como Black niegan cualquier implicación en las actividades criminales de Epstein.