En un estudio sobre más de 400.000 accidentes automovilísticos en el Reino Unido, se encontró que las colisiones en las que se involucraban "maniobras arriesgadas o agresivas" mostraban una diferencia estadísticamente significativa en la culpabilidad del conductor según la marca del vehículo. Se observó que la conducción irresponsable, que incluía infracciones como exceso de velocidad, pasar un semáforo en rojo, adelantar en una línea blanca continua o no respetar el paso de peatones, era más común cuando se trataba de un Subaru, Porsche o BMW en comparación con un Skoda o Hyundai.
En un artículo publicado en el Journal of Social Marketing, los investigadores formularon la hipótesis de que la marca podría ser la responsable, teniendo en cuenta variables como la edad de los conductores y los tipos de carretera. Alan Tapp, profesor de marketing social en la Universidad del Oeste de Inglaterra y autor principal, afirmó: "En todos los tipos, se esperaría la misma proporción de maniobras agresivas en igualdad de condiciones".
Según el periódico, los datos del Departamento de Transporte revelaron una mayor prevalencia de colisiones entre las marcas que se caracterizan por su publicidad y marketing que celebra la conducción de alto rendimiento. Los conductores de los autos Subaru, definidos entusiastamente por Jeremy Clarkson en sus días de Top Gear como una encarnación del mundo pixelado de la PlayStation, estuvieron involucrados en proporcionalmente la acción más imprudente. Además, el periódico menciona que el portazo de estos autos hace exactamente el mismo sonido que un faisán recién disparado golpeando el suelo.