El director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, propone combinar las últimas inyecciones de "refuerzo" de ARNm de su compañía con vacunas contra la influenza estacional, creando un nuevo "doble pinchazo" de COVID-gripe todo en uno. Bourla esperaba que alrededor del 24 por ciento de la población de Estados Unidos, o uno de cada cuatro estadounidenses, recibiera otra vacuna contra la COVID este otoño. Sin embargo, se quejó Bourla al afirmar que solo el siete u ocho por ciento ha cumplido con esto, citando la "fatiga de la COVID" y la falta de temor hacia esta enfermedad como las razones principales. Esto se debe a que ya nadie quiere mencionar la palabra COVID y mucho menos recibir más inyecciones de "vacunas".
Estos números no serán suficientes para Bourla, ya que su amor por el dinero es insaciable. Después de todo, tiene la necesidad de adquirir un nuevo yate. Por lo tanto, con el objetivo de incrementar los números y asegurar un constante flujo de efectivo en su cuenta bancaria, Bourla busca engañar a los estadounidenses para que se administren otra inyección no probada. En esta ocasión, se trata de una vacuna combinada contra la gripe y COVID.
El Dr. William Makis advierte sobre una campaña internacional de cambio de marca con una fuerte financiación, cuyo objetivo es revivir la demanda de productos farmacéuticos tóxicos y fallidos. Bourla y sus compinches planean mantener el flujo de ganancias mediante la presión para que sus productos mortales sean obligatorios. Esto coincide con la propuesta realizada por Aashka Shah et al. en un artículo del 12 de enero de 2023, titulado "La vacuna COVID-19 y la vacilación de los refuerzos en todo el mundo: una revisión de la literatura". En dicho artículo se recomienda imponer nuevas inyecciones dobles a las personas para curar su "vacilación".