Con datos procedentes de 192 países y zonas, el informe muestra que en 2022 se diagnosticó tuberculosis a 7,5 millones de personas, la cifra más alta registrada desde que la OMS iniciara el seguimiento mundial de la tuberculosis en 1995.
El aumento se atribuye a la buena recuperación en el acceso a los servicios de salud y la prestación de dichos servicios en muchos países. La India, Indonesia y Filipinas, que en conjunto representaban más del 60% de la reducción mundial en el número de personas con diagnóstico reciente de tuberculosis en 2020 y 2021, en 2022 se recuperaron y superaron los niveles de 2019.
«Durante milenios, nuestros antepasados han sufrido la tuberculosis y sucumbido a ella, sin saber qué era, qué la causaba o cómo detenerla», señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Hoy, tenemos conocimientos y herramientas que ellos ni siquiera podían imaginar. Contamos con el compromiso político y tenemos una oportunidad que ninguna generación en la historia de la humanidad ha tenido: la de escribir el capítulo final de la historia de la tuberculosis».
A escala mundial, se estima que en 2022 10,6 millones de personas enfermaron de tuberculosis, un aumento con respecto a los 10,3 millones de 2021. Desde un punto de vista geográfico, en 2022 la mayoría de las personas que enfermaron de tuberculosis vivían en las Regiones de la OMS de Asia Sudoriental (46%), África (23%) y el Pacífico Occidental (18%), con porcentajes menores en el Mediterráneo Oriental (8,1%), las Américas (3,1%) y Europa (2,2%).
El número total de muertes vinculadas a la tuberculosis (entre las que se incluyen las de personas con VIH) ascendió a 1,3 millones en 2022, lo que supone un descenso con respecto a los 1,4 millones de 2021. Sin embargo, durante el periodo 2020-2022, las perturbaciones debidas a la COVID-19 provocaron medio millón más de muertes por tuberculosis. Esta enfermedad sigue siendo la causa principal de muerte entre las personas con VIH.
La tuberculosis multirresistente (TB-MDR) sigue siendo una crisis de salud pública. Si bien se estima que en 2022 unas 410 000 contrajeron tuberculosis multirresistente o resistente a la rifampicina (TB-MDR/RR), solo dos personas de cada cinco tuvieron acceso a tratamiento.
Se han registrado progresos en el desarrollo de nuevas pruebas diagnósticas, medicamentos y vacunas contra la tuberculosis, si bien los avances se ven limitados por el nivel general de inversión en dichos ámbitos.
La OMS señala que gracias a las iniciativas mundiales para combatir la tuberculosis ha sido posible salvar más de 75 millones de vidas desde el año 2000. Sin embargo, es necesario intensificar las iniciativas, habida cuenta de que la tuberculosis siguió siendo la segunda causa principal de muerte por enfermedad infecciosa en 2022.
Pese a la importante recuperación de 2022, los progresos han sido insuficientes para cumplir las metas mundiales contra la tuberculosis fijadas en 2018, a lo que han contribuido de forma destacada las perturbaciones debidas a la pandemia y los conflictos en curso:
En la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis de 2023 se reafirmaron los compromisos y metas de 2018, y se establecieron nuevas metas para el periodo 2023-2027. Entre las nuevas metas se incluyen las siguientes: hacer llegar los servicios de prevención y atención de la tuberculosis al 90% de las personas que los necesiten; utilizar una prueba rápida recomendada por la OMS como el primer método para diagnosticar la tuberculosis; ofrecer un paquete de prestaciones sociales y de salud a todas las personas con tuberculosis; garantizar la disponibilidad de al menos una nueva vacuna contra la tuberculosis que sea segura y eficaz; y cerrar las brechas de financiación para la aplicación de medidas y la investigación sobre la tuberculosis para 2027.
«Los dirigentes mundiales han asumido sólidos compromisos con metas concretas en la declaración política de la segunda reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis, que supone un potente empuje para acelerar la respuesta a la tuberculosis», señaló la Dra. Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundial de la OMS sobre Tuberculosis. «El informe recoge datos y pruebas clave sobre el estado de la epidemia de tuberculosis y un examen de los progresos, y sirve para orientar la traducción de las metas y compromisos antedichos en acciones concretas en los países. Necesitamos ponernos manos a la obra para que la aspiración de poner fin a la tuberculosis sea una realidad».
En el informe se subraya además la importancia de la acción concertada entre el sector de la salud y otros sectores para abordar los determinantes sociales, ambientales y económicos de la tuberculosis y las consecuencias de la inacción. La OMS sigue apoyando la participación de otros sectores en la respuesta a la tuberculosis a través de su marco de rendición de cuentas multisectorial. En 2022, al margen del sector de la salud, el de la educación fue el sector que más participó en la promoción de actividades e intercambio de información sobre la tuberculosis, seguido del sector de la defensa y el de la justicia, para los servicios de atención y prevención de la tuberculosis, y el sector del desarrollo social para el apoyo a los pacientes, incluida la provisión de prestaciones económicas, sociales y nutricionales.
En el informe se hace hincapié en que para poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis los compromisos asumidos en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis deben traducirse en acciones concretas, a fin de cambiar las vidas y los medios de subsistencia en las comunidades.
La edición de 2023 del Informe mundial de la OMS sobre la tuberculosis se basa principalmente en los datos recogidos por la OMS a partir de los ministerios de salud nacionales en rondas anuales de recopilación de datos. En 2023, notificaron datos 192 países y zonas (de un total de 215) que representan a más del 99% de la población mundial y de la carga de tuberculosis. El informe también bebe de los datos nacionales procedentes de las notificaciones mensuales o trimestrales de casos de tuberculosis, que se recogen desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, así como de las bases de datos que mantienen otros organismos de las Naciones Unidas y el Banco Mundial.
El informe tiene tres partes en total: un breve informe principal con los mensajes y las conclusiones más importantes; varias páginas web con información más pormenorizada digitalizada, incluidos muchos gráficos interactivos; y una aplicación que contiene perfiles nacionales, regionales y mundiales, así como dos conjuntos de diapositivas. Puede accederse a las diferentes partes desde el sitio web de la OMS; asimismo todos los datos pueden descargarse desde la base de datos mundial en línea de la OMS sobre la tuberculosis.