Entre las modificaciones incluidas por el citado Tezanos, cabe destacar la eliminación de la ponderación de los resultados para favorecer el PSOE, si bien resulta de todo punto incomprensible, amen de burdo, que con los datos del mes de septiembre, pese a la dimisión de una ministra por mentirosa, el polémico compadreo de la titular de Justicia con el turbio comisario Villarejo, las ocultaciones del patrimonio de Celaá y Pedro Duque y su desastrosa gestión política, la diferencia entre Sánchez (31%) y Casado (18,2%), ya alcanza 13 puntos, lo cual ha sido considerado como una tomadura de pelo.
Pese a la escasa fiabilidad de los datos y el cúmulo de despropósitos cometidos por el Gobierno, en el último CIS, aparece un PSOE en subida imparable, orillando todos sus escándalos y situándose por encima del 30%, porcentaje carente de todo tipo de credibilidad cuyo único logro pasa por desprestigiar al CIS y desconcertar a la opinión pública.
Lo suyo sería que tras la incorporación del mencionado Tezanos, y a la vista de sus vaticinios demoscópicos, no animase a Pedro Sánchez a convocar elecciones generales tal como prometió tiempo atrás. La respuesta es obvia porque los españoles saben, al igual que Sánchez, que actualmente no es apropiada la celebración de elecciones para el PSOE, dado que no debe confundirse la estimación de voto, presuntamente cocinado, de las encuestas con los resultados de las urnas. Tanto a nivel ciudadano como en medios de comunicación y redes sociales, son muchos los que opinan que la presunta utilización torticera de organismos públicos para realizar propaganda política es una realidad... ¡¡Tiempo al tiempo!!