El factor climático es clave tanto para la industria del gas como para el sector agrícola. Una empresa que vende gas se beneficia de un invierno frío, ya que sus clientes compran más gas en estas condiciones. Sin embargo, si el invierno es suave y las temperaturas no son tan bajas, sus clientes comprarán menos gas.
Las inversiones millonarias están en riesgo debido a los cultivos afectados por inundaciones, sequías o temperaturas extremas. Las firmas están buscando formas de proteger sus ingresos al anticiparse a los posibles eventos meteorológicos extremos y desastres naturales que han aumentado en los últimos años.
Las empresas, al ser el tiempo impredecible, optan por diferentes escenarios meteorológicos y suscriben "contratos de futuro" basados en sus predicciones. Por lo tanto, se puede decir coloquialmente que son "apuestas climáticas", aunque en la jerga financiera se les conoce técnicamente como "derivados climáticos" (weather derivatives, en inglés) o "futuros climáticos".
"Le permite a las empresas mitigar los riesgos asociados al clima", afirma Samuel Randalls, profesor del University College London, en una entrevista con BBC Mundo. Según datos analizados por Reuters, el volumen de operaciones de este tipo de productos financieros se ha cuadruplicado en un año en la Bolsa Mercantil de Chicago, según CME Group. Aunque no es un producto masivo, el interés por los contratos de futuro climáticos ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años.