Lunes 29 de octubre de 2018
La Justicia tiene indicios ciertos que surgen de testimonios de arrepentidos. Habría montado su propia red de testaferros. Lujos y extravagancias.
Daniel Muñoz, ex secretario de total confianza de los Kirchner, quien murió en mayo del 2016, se retiró de la función pública en el 2009 declarando ser dueño de dos terrenos, ahorros por 430 mil pesos y un Ford Focus.
Ahora se sabe que tanto él como última pareja, Carolina Pochetti, eran millonarios en dólares. Habían conformado una red de empresas en la Argentina y en el extranjero. Hicieron inversiones por más de 70 millones de dólares, según probó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y la Unidad de Información Financiera (UIF), al mando de Mariano Federici.
Muñoz se murió como un magnate. En la causa judicial de los “cuadernos K”, fue señalado como el principal “valijero” del matrimonio Kirchner.
Así lo describen las anotaciones de Centeno, y también las declaraciones judiciales de varios arrepentidos, tanto ex funcionarios como empresarios. Ahora la Justicia indaga si esa fortuna increíble de Muñoz es aún mayor. El juez del caso “Cuadernos”, Claudio Bonadio, y el fiscal, Carlos Stornelli, analizan nuevos indicios que surgieron tras las declaración de la “arrepentida” de la causa. Se trata de Elizabeth Municoy, quien aceptó que formaba parte de la estructura societaria que armaron Muñoz y Pochetti.
Si se comprueban como ciertas las afirmaciones de Municoy -ella aportó información concreta al respecto- lo acumulado únicamente por Muñoz podrían ascender a los cien millones de dólares. Lo cierto es que Bonadio y Stornelli quieren congelar esos bienes que se intentaron esconder en bancos de varios países para que sean recuperados por el Estado. Los detalles que contó Municoy al fiscal son notables. Los últimos años de vida de Muñoz y de Pochetti fueron de absoluto lujo y extravagancias. Las Rutas del Dinero K son numerosas, diversas, y de cualidades múltiples.
La hipótesis judicial es que el secretario de Néstor Kirchner fue, también, su testaferro. Y que manejó tanto dinero que él mismo, a su vez, montó una estructura de testaferros propios, y de complejas sociedades off shore que se retroalimentan unas con otras.
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