OPINIÓN

Comprender el mundo (XVI): El liderazgo del conocimiento

Carlos González | Jueves 11 de octubre de 2018
Ya hemos explicado en los artículos anteriores, a grandes rasgos, como funciona nuestro mundo. Como todo grupo social necesita un liderazgo, y los liderazgos que nos han traído hasta aquí se han agotado sin que quede ninguno válido, ahora necesitamos uno nuevo.

Ya se intentó con el Marxismo, este dispuso de grandes opciones para lograrlo, pero, por distintas razones, es claro a estas alturas que fracasó. O por lo menos con esas formas de aplicación. Ahora debemos proponer otro. Desde mi humilde opinión este ha de ser para toda la Especie humana y para todo el planeta Tierra. En base a todo lo anterior no puede ser otro que… El Conocimiento.

Hasta la actualidad, hay aún vigentes en todo el planeta dos tipos de liderazgo: El más antiguo, representado por el seguimiento de grandes mitos. En ellos se basan todas las religiones conocidas. Y otro más moderno, que arranca con las grandes filosofías antiguas y los modernos estudios sobre la política y la sociología llevados a cabo en toda la Europa occidental, y más desarrolladas en Francia con su revolución, a las que denominamos, Ideologías. Ambos se caracterizan por un seguimiento inconsciente de un liderazgo y la adhesión a un grupo por lazos afectivos. Los individuos no son plenamente conscientes de ellos porque nunca se lo explicaron ni se lo explican. Para no ser pesado y resumir, diré que al final del estudio de todas ellas llegamos siempre a la misma conclusión: O se cree en ellas –en ambas, tanto en las religiones como en las ideologías- o no se cree, pero demostración palpable de razonamientos técnicos no hay nunca, en ninguna. Sus dogmas y planteamientos teóricos lo mismo valen para un roto que para un descosido.

Nosotros vamos a crear un nuevo grupo social, que englobará a todos los miembros de la especie humana, es decir, por lo que hoy conocemos, a todos los habitantes del planeta Tierra. Hemos de proponerles un nuevo y válido líder. Es obvio que los otros se impusieron por la fuerza y el adoctrinamiento. Nosotros solo aspiramos a que sea aceptado a través de la enseñanza y los razonamientos. Este líder único que ahora proponemos fue creado en exclusiva por los pensadores y estudiosos de las Ciudades-Estado de los Helenos del S. VI A.C. en el Mediterráneo, tanto en lo que hoy es Turquía, como en lo que ahora llamamos, Grecia.

Es inicialmente muy sencillo, y se basa en una única actitud ante la vida: En vez de fascinarse ante el entorno y crear un mundo onírico con un montón de invenciones –que en principio parecen adecuadas- lo que da lugar a una serie de Mitos de los que no se podrá salir, y nos acarreará una serie de Dogmas rígidos con los que no podremos avanzar, lo que estos hombres –mas tarde también mujeres- proponen es que sencillamente abramos los ojos y estudiamos lo que tenemos delante, y si el agua no se retienen en un cesto de mimbre, que le llamemos líquido, y si se puede retener y transportar, le llamemos sólido. Desde ese momento aplicaremos lo que tenemos delante y podremos entendernos, no solo los miembros de nuestra pequeña tribu, sino, como luego se demostraría, con todos los miembros de la Especie Humana, vivan donde vivan y en la época histórica en la que habiten. El agua sabiendo lo que es, siempre será agua, el vino, vino y el fuego, fuego. Los conocimientos reales de la naturaleza son los que son, y por ello, válidos en toda época y lugar.

Aceptando esa forma de estudiar nuestras relaciones con el resto de la naturaleza comenzaremos a obtener una serie de conocimientos que podremos trasmitir a los futuros alumnos, basados en estos deberán seguir investigando. Al final dispondremos de gran cantidad de conocimientos que nos permitirán acometer empresas que poco tiempo antes eran absolutamente impensables. Todo esto es a lo que hoy llamamos, Ciencia. Hemos desarrollado un método de trabajo, al que denominó René Descartes, Método Científico, y el producto de ese trabajo le llamamos, Conocimiento.

Este nuevo y único líder nos unirá a todos los miembros de la especie, valdrá en todo el planeta y más allá de las estrellas circundantes, porque estará basado en el mejor conocimiento posible de nosotros mismos, y de todo, absolutamente todo, lo que nos rodea. Sabremos cómo funciona cada cosa y adoptaremos la mejor respuesta posible para cada situación. Sabremos cómo se resuelve mejor cualquier problema al que nos enfrentemos. El Conocimiento nos guiará para siempre y hasta el confín de las galaxias mientras nuestra especie subsista.

Si seguimos a este nuevo liderazgo ya no valdrán mitos, creencias o imposiciones violentas. Las cosas se harán en función al mejor conocimiento que sobre ellas dispongamos. Si alguien inventa un mecanismo mejor, lo expondrá, lo demostrará y lo adoptaremos sin discusión, porque ha quedado probado que es el más beneficiosos para todos nosotros.

No estamos creando nada nuevo. Esta forma de abordar los problemas de la vida ya se realiza estrictamente así en la medicina, la agricultura o la extracción de petróleo o gas. Lo que hacemos ante cualquier problema médico o de las demás actividades nombradas, es analizar con los conocimientos de que disponemos, cual es el problema y que soluciones disponemos. Aquél que las conoce es un profesional de esa materia y ejecuta los protocolos aprobados.

Lo que debemos hacer es aplicar este mismo método a la organización social, a la adecuación de las conductas de los individuos tanto privadas –que afecten a los demás- como las públicas -tomando decisiones que afecten a los administrados-. También debe ser aplicado al mundo del derecho y de la organización social.

Mucho más importante es que lo apliquemos cuanto antes al mundo de la educación. Que los profesores expliquen y apliquen estas técnicas pedagógicas, pero mucho más importante aún, que en vez de adoctrinar a los alumnos con religiones e ideologías que les convierten, o en unos incomprendidos o en unos fanáticos, que les enseñen desde niños estos métodos de aprendizaje y actuación. De esta forma los alumnos sabrán que para todo hay una causa y acarrean una consecuencia. Y, las maneras de actuación de la bilogía y de la psicología humana, son perfectamente susceptibles de ser estudiadas y comprendidas. Desde ese momento su actuación será racional, y no inconsciente y fanática.

Viva el conocimiento, solo él puede guiarnos a todos en el desarrollo de la Especie Humana, y hacernos cada día más libres y más… Humanos.

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