Según informó The Times este domingo, personas familiarizadas con el asunto revelaron que Ben Wallace, en su papel de ministro de Defensa del Reino Unido, trató de cancelar un pedido de helicópteros Chinook estadounidenses. Esta acción generó descontento en Washington. El contrato consiste en la adquisición de 14 helicópteros Chinook H-47 de largo alcance fabricados por Boeing. Estaba previsto que los primeros aparatos fueran entregados en 2026.
En las últimas semanas, Wallace empezó a expresar serias dudas sobre el acuerdo y propuso cancelarlo como parte de su plan de reducción de costes en un intento de aliviar la presión sobre los ajustados presupuestos del Ministerio de Defensa, según los informantes. Durante mucho tiempo, Wallace se mostró escéptico respecto al contrato, aún más después de que su valor aumentara en 500 millones de libras esterlinas (629 millones de dólares) hasta alcanzar los 2.300 millones de libras esterlinas (2.895 millones de dólares), según las fuentes.
Según The Times, en una carta dirigida al secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, el 10 de agosto, Wallace habría dejado claro que estaba considerando rescindir el pacto. Un funcionario del Gobierno comentó que parecía estar intentando molestar a los estadounidenses. Mientras tanto, otro señaló que la medida había paralizado el acuerdo. "Durante el verano, todos nos dimos cuenta de que era una locura y no hicimos nada al respecto. Sin duda, esto provocó un estallido", agregó.
Según el medio, la intervención de Downing Street fue necesaria para rebajar las tensiones en la disputa que involucró a los embajadores británico y estadounidense. Específicamente, una fuente informó que los funcionarios británicos intentaron tranquilizar a sus homólogos estadounidenses asegurándoles que la cuestión se resolvería cuando Wallace dejara su puesto. "Se ha buscado mucha reconciliación solo para mantener a Estados Unidos tranquilo", declaró.