"La agenda verde que vende el Foro Económico Mundial (FEM) y sus aliados globalistas se basa en un "engaño", han advertido dos de los científicos climáticos más reconocidos del mundo. Como ha informado ampliamente Slay News, los gobiernos de todo el mundo están luchando para cumplir con los objetivos de "Cero neto" de la agenda verde."
A medida que los medios corporativos continúan avivando el miedo en el público sobre la supuesta "amenaza" de la "crisis climática", los expertos reales están emergiendo para disputar la llamada "ciencia establecida".
Liderando esta agenda destructiva se encuentran el FEM y otras organizaciones burocráticas no electas alineadas de manera similar, como la ONU y la OMS. La supuesta meta de la agenda verde es combatir la denominada "crisis de calentamiento global / cambio climático / ebullición global". No obstante, lograr estos objetivos implica incrementar los impuestos, privar al público de sus libertades fundamentales y disminuir drásticamente la calidad de vida de la población en general.
A medida que los medios corporativos continúan avivando el miedo en el público sobre la supuesta "amenaza" de la "crisis climática", los expertos reales están emergiendo para disputar la llamada "ciencia establecida". Recientemente, dos prominentes científicos del clima han advertido en un testimonio que las nuevas regulaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) del presidente demócrata Joe Biden, alineada con el FEM, serán desastrosas para el país sin ninguna razón científicamente justificable. Estas reglas se introdujeron para reducir las emisiones de CO2 en la generación de electricidad y supuestamente combatir el "cambio climático".
Happer y Lindzen argumentan que las afirmaciones utilizadas por la EPA para justificar las nuevas regulaciones no se basan en hechos científicos, sino en opiniones políticas
Las afirmaciones hechas por la EPA de Biden se basan en un "engaño" y solo sirven para avanzar en la agenda verde globalista, según William Happer, profesor emérito de física en la Universidad de Princeton, y Richard Lindzen, profesor emérito de ciencias atmosféricas en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Happer y Lindzen argumentan que las afirmaciones utilizadas por la EPA para justificar las nuevas regulaciones no se basan en hechos científicos, sino en opiniones políticas, narrativas globalistas y modelos especulativos que han demostrado consistentemente ser erróneos. Citando extensos datos para respaldar su caso, estos expertos han advertido públicamente sobre esta situación.
Happer y Lindzen testificaron que en estos estudios y en la Regla Propuesta de la EPA se utiliza comúnmente un método no científico de análisis. Este método se basa en el consenso, la revisión por pares, la opinión del gobierno, los modelos ineficaces, la selección selectiva de datos y la omisión de datos contradictorios voluminosos. Según ellos, ninguno de estos estudios proporciona conocimiento científico y, por lo tanto, ninguno respalda científicamente la Regla Propuesta.
"La prueba clave del método científico es fallada por todos los modelos que predicen el calentamiento global catastrófico: sobrepredicen de manera grosera el calentamiento en comparación con los datos reales", afirmaron. "El riesgo de un calentamiento catastrófico y un clima extremo causado por los combustibles fósiles y el dióxido de carbono es demostrado como inexistente por el método científico".
Advierte Happer que los modelos climáticos, como los utilizados por la EPA, han estado consistentemente equivocados durante décadas al predecir los resultados reales. Sin embargo, señala que estos datos alarmistas son útiles para presionar al público a cumplir con políticas impopulares. "Cuando era director de investigación energética en el Departamento de Energía de Estados Unidos en los años 90, ya era una vergüenza", declaró.