A pesar de que las CDC siguen recomendando las actuales vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna como la mejor manera de prevenir el contagio del coronavirus, el presidente Joe Biden anunció este martes que lanzará un masivo plan para desarrollar una nueva vacuna contra el Covid. El fondo inicial asignado para este proyecto será de US$ 5 mil millones de dólares.
Durante el gobierno de Donald Trump, se destinaron US$ 10 mil millones de dólares a la Operación Warp Speed para acelerar el proceso de los laboratorios privados en la creación de vacunas contra el SARS-CoV-2. Gracias a esta iniciativa, las vacunas que están disponibles actualmente fueron desarrolladas. Ahora, siguiendo la misma línea, Biden lanza Project NextGen con el objetivo de acelerar el desarrollo de nuevas vacunas. Sin embargo, cabe destacar que la pandemia ya ha terminado y no existe ninguna urgencia en la fabricación de estas vacunas.
En incentivos que incluyen US$ 1.000 millones de dólares para ensayos clínicos de vacunas a diversos laboratorios, Biden destinará US$ 1.400 millones de dólares. Además, para acelerar el desarrollo de un anticuerpo monoclonal que puede ayudar a prevenir el COVID-19 en personas que no responden bien a las vacunas, se destinarán US$ 326 millones de dólares a la empresa Regeneron.
"Se destinarán los US$ 74 millones de dólares restantes a laboratorios más pequeños que están desarrollando otras tecnologías, como aerosoles nasales, que protegen contra la infección de coronavirus", dijo Dawn O'Connell, subsecretaria de salud y la funcionaria designada por Biden para ser la nueva cara visible de este programa estatal masivo. "Los ensayos clínicos para las vacunas mejoradas comenzarán tan pronto como este invierno".
Mientras tanto, se está considerando la posibilidad de implementar una nueva dosis de refuerzo obligatoria para todos los trabajadores en Estados Unidos, según anunció Biden. El año pasado, mediante un decreto, se estableció que todas las empresas con más de 1.000 empleados debían cumplir con la vacunación completa, lo cual resultó en despidos masivos para aquellos que se negaron a vacunarse. Además, esta orden también se aplicó al personal estatal y de servicios esenciales, como policías, bomberos, médicos, enfermeros, personal de la salud y educación, soldados, Guardia Nacional y Guardia Fronteriza.
Si llega a la presidencia, Trump prometió remediar el despido forzoso de todos los trabajadores de los rubros mencionados que no recibieron las dosis originales. En el lanzamiento de su campaña presidencial, afirmó: "Voy a reincorporar a todos los despedidos injustamente por negarse a vacunarse y les compensaré por lo sucedido". Sin embargo, parece que Trump tendrá que extender el perdón a todas las personas que ahora se niegan a recibir una dosis de refuerzo, ya que el COVID-19 ya no es una pandemia ni hay una emergencia sanitaria causada por el virus.