Enfatizando su autonomía en la gestión diaria de las operaciones de X, anteriormente conocida como Twitter, Linda Yaccarino, CEO de X y ex ejecutiva de publicidad de NBC, ha arrojado luz sobre la práctica del shadowbanning en Twitter. Designada CEO por Elon Musk, ella ha reafirmado su independencia del empresario al situarlo firmemente en un papel basado en la tecnología. Sus comentarios han reavivado los debates sobre la libertad de expresión y la dirección que las plataformas en línea deben tomar para moderar el contenido.
En una entrevista con CNBC, se discutió la distribución de responsabilidades entre Yaccarino y Musk. Musk se enfoca en el "diseño de productos" y lidera un equipo de ingenieros dedicados a nuevas tecnologías. Sin embargo, lo que ha captado la atención de los defensores de la libertad de expresión es su postura sobre las políticas de contenido del sitio web.
Yaccarino introdujo el concepto de "libertad de expresión, no libertad de alcance" al aclarar el enfoque de X sobre la moderación. Esta política implica que los usuarios que publiquen narrativas que no cumplan con los estándares aprobados serán etiquetados, posiblemente desmonetizados para ese contenido y su visibilidad en la plataforma se reducirá. "Es extraordinariamente difícil para ti verlo si es legal pero es horrible", comentó Yaccarino, insinuando que incluso el contenido legalmente permitido podría ser oscurecido si la compañía lo considera indeseable.
La preocupación de algunos defensores de la libertad de expresión radica en que esta estrategia de etiquetado y degradación de contenido pueda llevar rápidamente a la censura. Argumentan que la distinción entre "horrible" y "legal" es subjetiva en muchas ocasiones y temen su potencial para ser mal utilizada. Las decisiones y comentarios realizados por Yaccarino pueden parecer una postura estricta contra la retórica divisiva o hiriente, pero los críticos lo ven como un movimiento alarmante alejándose del espíritu del diálogo abierto y la libertad de expresión.