Según un estudio estadístico realizado por Intrum, una empresa sueca especializada en gestión de deudas, se concluye que el 70% de los españoles siente preocupación ante la perspectiva de no poder garantizar una jubilación adecuada para mantener una calidad de vida cómoda.
Portugal lidera la lista de preocupaciones sobre la jubilación, con un 79% por debajo de España. Francia ocupa el segundo lugar con un 60%, seguido de Reino Unido con un 57%. Italia, bajo la presidencia de Georgia Meloni, está mejorando sus expectativas.
Un 73% de la ciudadanía española teme que la inflación, además de hacerles perder poder adquisitivo a corto plazo, reduzca sus ahorros en efectivo. En comparación, el porcentaje de la media europea que teme esto se sitúa en un 71%, dos puntos menos.
Existe una percepción pesimista de las condiciones de jubilación debido a la precariedad actual y al riesgo real de que Pedro Sánchez termine por hundir la economía si logra la investidura. Esto se debe a los socios que están gangrenando la herida de la microeconomía, lo cual ha sido en parte provocado por un saqueo impositivo inédito en el resto de los países europeos.
A menos que se produzcan cambios, el futuro de una gran parte de la población activa no es prometedor.