Sucedió hace unos días, pocas horas después que despachara mi anterior comentario cuyo contenido giraba sobre la posibilidad que el Presidente Macri, durante su programada visita a Israel para presenciar el encuentro entre ambas selecciones de futbol previo al mundial, decidiera anunciar el traslado de la Embajada Argentina de Tel Aviv a Jerusalén, es el momento que aprovecho para agradecer por el record en reacciones y respuestas que produjo, de primera mano conozco que llegó a lo más alto de la pirámide dentro del Gobierno en Argentina.
Con una imagen de fiesta y alegría como en sus mejores momentos, sorpresivamente, la televisión muestra a Netanyahu dirigiéndose al país, ni sus ministros conocían sobre esa comparecencia, todo misterioso, estaba claro que pretendía garantizarse el impacto y un éxito político que él daba por seguro, su aspecto era de alguien que en su bolsillo tenía el premio mayor de algunas de las grandes loterías o sorteos mundiales. Y con su conocido y estudiado aire de ganador se dirige a las cámaras, nadie mejor que él para ello, anunciando que a partir de ahora nadie podrá, al mencionar a Israel, hacerlo con el calificativo de “ república banana “, de aquí mi intención de introducirlas en la titulación, en su relación con su tratamiento con los infiltrados, con las decenas de miles de refugiados e indocumentados originados en Eritrea, Sudán y otros países africanos que deambulan y se establecieron en el sur de Tel Aviv.
Muestra como niño con juguete nuevo un papel que según él es un esquema firmado con las Naciones Unidas por medio del cual se pone definitivamente punto final a un problema que ya años tiene, que ha dividido al gobierno y al máximo Tribunal de Justicia de Israel preocupado por la defensa de los derechos humanos, siempre toda resolución o plan del gobierno para repatriarlos fue bloqueado por la justicia, los separaba las prioridades y el color de los cristales con los que cada uno veía lo mismo, para uno era un tema político, para el otro ante todo estaban los derechos humanos. Anuncia que, con la intervención y gestión directa de las Naciones Unidas, un alto porcentaje, la mitad, serán deportados y absorbidos por países del primer mundo, entre ellos Canadá, Alemania, Italia y los Estados Unidos, el resto Israel los asumiría.
No pasaron 5 horas, pero ahora ya no lo hace personalmente frente a las cámaras de tv si no a través de un comunicado desde la oficina del Primer Ministro, se anuncia que el acuerdo fue cancelado, que ya no existe, en el medio se escucharon las negativas de los terceros países implicados a quienes, según ellos, nadie había consultado y mucho menos acordado, los durísimos ataques desde su propia coalición de gobierno y de su partido, en pocas horas se demostraba que todo era una construcción atada, sujetada con alfileres, hacía agua por todos sus costados, improvisación pura.
Y para peor, un muy importante detalle en las reacciones y ataques a su persona que Netanyahu no puede no haber dejado de percibir, los que lo atacaban no lo hacían ya desde el anonimato, en ésta oportunidad ponían la cara, querían que todos supieran que ellos fueron parte de su retroceso y rendición, pequeño pero gran detalle que indica que leen el futuro próximo sin que su nombre figure.
Hace tiempo que a mis comentarios sobre Netanyahu los llevo por el camino de la psicología, a esos intrincados e invisibles hilos que dentro de las mentes humanas todo controlan, en ellos creo encontrar las respuestas. Aislado, abandonado por algunos de los que eran sus más cercanos colaboradores y amigos, varios pasaron a ser testigos de la fiscalía en su contra en las diferentes investigaciones policiales y judiciales, solo y desconfiando de todo y de todos, prepara su retiro y su pase a la historia, full time dedicado a ello, no repara en límites.
Mira al espejo y frente suyo se enfrenta con una persona inteligente y brillante, sin duda un fuera de lo común cualquiera sea el sentido, que pese a su brillantez e inteligencia tiene la mente tan bloqueada como para no saber leer y entender que su tiempo político ya fue, mira hacia arriba, abre sus manos en espera de respuestas pero hasta su Dios no le responde, como nunca quedó solo, ni en su sombra confía, no sea que ésta también lo grabe…
Y en su afán por pasar a los libros de la historia lo lleva a cometer actos en donde el ridículo se convierte en una palabra de elogio, el armado y preparación del institucional acto de encendido de las antorchas por el 70 aniversario de la Independencia de Israel en el que, por primera vez un Primer Ministro, él, pretende hacer uso de la palabra, ésta ceremonia siempre estuvo en manos del Presidente del Parlamento, de la Knesset, porque no es una ceremonia política ni partidista, sino de todos, es una muestra más que indica que algo no funciona como antes dentro de la intrincada mente de Netanyahu, que el tiempo no pasa en vano, lo más grave es no asumirlo y tomar conciencia de ello.
Un absurdo genera otro, el Presidente de la Knesset anuncia que boicoteará la ceremonia si Netanyahu decide hablar en la misma, éste para disfrazar sus palabras hace que una de las antorchas sea encendida por el Presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, su único mérito haber sido egresado de uno de entre los muchos cursos que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel en su momento organizó para potenciales dirigentes mundiales, las acusaciones que sobre él pesan por la constante violación de los derechos humanos en Honduras de nada sirvieron, el hazmerreír internacional servido en bandeja de plata.
Del ridículo, cuando para peor viene acompañado por pérdida de respeto y autoridad, no se regresa. Si las consecuencias fueran solamente personales para Netanyahu no merecerían éste comentario, ésa inestabilidad emocional se convirtió en un preocupante problema político para todos, Hisbollá, Siria ( al escribir estas líneas se confirma un extraño masivo ataque aéreo a una base cercana a Damasco con 14 muertos ) , Irán y su cada vez más peligrosa penetración dentro de Siria acercándose a las fronteras del Golán) , Hamás, entre otros, miran, observan, escuchan, planifican. Y los aliados, especialmente Estados Unidos con su Presidente Trump a la cabeza, quien además de escribir y comunicarse por twitter también lee, escucha a asesores y consejeros y saca conclusiones.
La reciente decisión del Presidente Trump de retirarse de Siria en contra de la opinión de Netanyahu es un indicio claro que algo está cambiando, que esas lecturas sobre su inestable futuro político se asumen con seriedad y que mucho influyen.