Esta propuesta supondría dejar fuera de juego a Vox, que aspira a formar parte de un gobierno de coalición con el PP. Abascal reaccionó con dureza y acusó a Feijóo de rendirse ante el PSOE, de darle un cheque en blanco (en realidad, daba lo mismo que pedía) y de traicionar a sus electores. Según Abascal, votar a Vox es la única forma de evitar que Sánchez siga en el poder y de defender la unidad de España frente al separatismo y el populismo.
Feijóo ya lo hizo en el debate, y luego insistió en un mitin, vino a decir que Vox y PSOE son las dos caras de la misma moneda, y que ambos partidos se benefician de la confrontación y la crispación, como se observó por las continuas referencias de Sánchez al partido de Abascal. El candidato popular defendió que su partido es el único que puede ofrecer una alternativa moderada, sensata y reformista, capaz de atraer el voto de centro y de recuperar la confianza de los ciudadanos.
El debate de Atresmedia fue seguido por más de 10 millones de espectadores, y según las encuestas, Feijóo fue el ganador del mismo. Su actuación ha reforzado su imagen como líder del PP y como posible futuro presidente del Gobierno. Sin embargo, también ha generado recelos en Vox, que ve peligrar sus opciones de influir en la política estatal ya que como refleja un sondeo de Socimémtrica, un 5% de los votantes de Sánchez y un 9% de los de Abascal se pasa a Feijóo tras el debate electoral