CLAVES

Hay cero niños Amish que sufren de cáncer, diabetes o autismo

OpenAI | Domingo 09 de julio de 2023

Concentraciones significativas de la población Amish en Estados Unidos se encuentran en Pensilvania, donde hay alrededor de 90,000 personas, y en Ohio, con una cifra cercana a los 82,000 habitantes. Los Amish han establecido comunidades en hasta 32 estados del país y tienen un promedio de 7 hijos por familia, lo cual ha llevado a un rápido crecimiento demográfico. Según un estudio exhaustivo presentado por Steve Kirsch al Senado del Estado de Pensilvania en junio de 2023, se ha calculado que los niños Amish, quienes no han recibido ninguna vacuna en absoluto, apenas sufren condiciones crónicas típicas o incluso no las padecen.

Casi muchos niños vacunados y franjas de estadounidenses sufren afecciones crónicas, también conocidas como enfermedades y trastornos prevenibles. Entre estas se encuentran enfermedades autoinmunes, enfermedades cardíacas, diabetes, asma, TDAH, artritis, cáncer y, por supuesto, autismo (piense en TEA y síndrome de Asperger).

Durante el testimonio, se destacó la comparativa de la salud de los niños Amish con los niños estadounidenses vacunados por parte de los panelistas expertos. Quizás sea beneficioso asustar a las personas respecto a las vacunas, especialmente para aquellos fanáticos pro-jab que consideran a todo defensor de la salud natural como un "teórico de la conspiración" que difunde enfermedades y trastornos al hablar sobre vacunas sucias, lesiones causadas por vacunas y muertes inducidas por vacunas. Los defensores expertos en salud compartieron durante su testimonio el motivo por el cual nunca se han publicado informes sobre la salud general de los niños Amish, afirmando: "Después de investigar a los Amish durante décadas, no hay ningún informe disponible porque sería devastador para la narrativa. Demostraría que el CDC ha estado perjudicando al público durante años sin decir nada y ocultando todos los datos".

El Dr. Peter McCullough, un renombrado cardiólogo de Estados Unidos con una amplia experiencia en investigación y publicaciones revisadas por expertos, brindó testimonio tanto ante el Senado de los Estados Unidos como ante las legislaturas estatales en todo el país. Durante sus intervenciones, advirtió sobre los riesgos asociados con las vacunas, incluyendo aquellas que presentan mutaciones en el gen COVID-19. En relación a la pandemia, es importante destacar que la comunidad Amish no adoptó medidas de cierre ni utilizó mascarillas para criar bacterias. Además, decidieron no "vacunarse" contra la cepa de gripe de laboratorio originada en Wuhan, desestimando los mandatos y protocolos promovidos por los CDC y Fauci. Esta decisión se basó en su conocimiento acerca de los posibles efectos mortales de las vacunas contra coágulos sanguíneos, ya que eran conscientes de los riesgos asociados con la inyección de millones de proteínas tóxicas y pegajosas, así como nanopartículas de grafito.

Los defensores de la salud natural son los únicos que están dispuestos a hablar sobre el hecho de que los Amish tenían una tasa de supervivencia de COVID 90 veces mayor que el resto de América. Sin embargo, si alguien intenta compartir esta información en las redes sociales, se enfrentará a la censura inmediata, siendo etiquetado como difusor de "desinformación" o "desinformación" y añadido a la lista negra.

Evitar vacunas como la peste es extremadamente importante, y esto se debe a los diversos ingredientes peligrosos presentes en ellas. Los conservantes, emulsionantes, adyuvantes, bacterias genéticamente modificadas, virus mutados y productos químicos esterilizantes son solo algunos ejemplos de estos componentes alarmantes. Es preocupante que todos estos elementos sean mencionados abiertamente en las vacunas. Inyectar cualquiera de ellos en la sangre y el tejido muscular de un ser humano es inaceptable, ya que evita los mecanismos de defensa naturales del cuerpo, como la piel, los pulmones y el tracto digestivo.

Mercurio, en altas dosis presente en la vacuna contra la gripe de dosis múltiples, es uno de los ingredientes tóxicos que pueden resultar letales. También se encuentran otros componentes peligrosos como albúmina de abortos, virus porcinos mortales conocidos como circovirus presentes en las inyecciones de Rotateq Rotavirus, sangre de águila y perro, células infectadas de riñón de mono verde, sucralosa, glutamato monosódico (MSG), sangre de vaca y pollo, huevos, lácteos, antibióticos, aceite de maní (causante de alergias mortales), látex proveniente de los tapones de agujas y viales utilizados en las inyecciones, aluminio y muchos otros elementos más.


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