Las fuerzas militares israelíes iniciaron una operación la madrugada del lunes en el campamento de refugiados de Yenín, un lugar con alta densidad de población, dejando como saldo ocho muertos y 50 heridos, según las cifras preliminares de la Autoridad Palestina.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) hizo un llamado urgente a garantizar que los heridos tengan acceso a atención médica.
Asimismo, volvió a instar a todas las partes a romper el ciclo de violencia creciente, advirtiendo que alimenta peligrosamente la inestabilidad.
El organismo expresó profunda preocupación por este nuevo embate, que siguió al del 19 de junio. En esa ocasión, los palestinos muertos fueron cuatro y los heridos 91.
De acuerdo con la información de UNRWA, un gran número de efectivos israelíes rodearon el campamento y luego entraron, lo que provocó fuertes enfrentamientos en el área objetivo entre los actores armados palestinos y los militares de Israel.
La Agencia señaló que, además de las pérdidas humanas, hubo daños importantes a la infraestructura del campamento, incluida la red de agua. Como consecuencia, los servicios de agua y electricidad se han interrumpido en grandes áreas del campamento.
La violencia también ha dejado a los residentes sin poder moverse de sus hogares y muchos tienen una necesidad urgente de alimentos, agua potable y leche en polvo para los niños, alertó el organismo.
Detalló asimismo que todas sus instalaciones, entre ellas cuatro escuelas y un centro de salud se encuentran cerrados debido al intenso intercambio de disparos. Por el momento, sus 250 empleados en el terreno no han podido acudir a los diez recintos de UNRWA para confirmar si ha habido afectaciones, tampoco han podido verificar la cuenta final de víctimas entre los refugiados en el campamento.
Tras los ataques, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está trabajando con los equipos en el terreno para apoyar la activación del Plan de Emergencia para el Hospital de Yenín y la movilización de suministros de traumatología.
“Son deplorables los ataques continuos contra la atención sanitaria, incluido el impedimento de acceso a personas gravemente heridas”, escribió la Organización en su cuenta de Twitter.
Por su parte, la coordinadora humanitaria en Palestina, Lynn Hastings, afirmó estar “alarmada por la magnitud de la operación”.
“Se utilizaron ataques aéreos en el campo de refugiados densamente poblado", denunció y pidió que se asegure el acceso a todos los heridos.
En el mismo tenor, el coordinador para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, indicó, también en Twitter, que la escalada de violencia llega tras meses de “tensiones crecientes” que nos recuerdan una vez más “la situación extremadamente volátil e impredecible en toda la Cisjordania ocupada”.
“Todos deben garantizar la protección de la población civil”, sostuvo el diplomático, que está en contacto directo con todas las “partes pertinentes” para reducir urgentemente la tensión.