Parece que está incrustada en la clase política y los empresarios ven negocio en el reparto de mordidas para que se agilicen sus expedientes, cuando no otras operaciones donde se juegan miles de millones y que se ven obligados a repartir con los gobernantes que le hacen ganar dinero.
Y ahora nos encontramos con el affaire de la compra de votos de manera masiva. En Mojácar, por ejemplo, hasta la Guardia Civil tiene grabaciones de cargos socialistas donde se ofrecen cien euros y otros cincuenta si le lleva la papela de otro amigo.
El gobierno que en su día legisló y permitió la trampa de la compra de votos a lo mejor se inspiró en Argentina, que en periodo electoral, en todas las provincias el intendente reparte el dinero del IVA para que todos compren votos.
Allí lo tienen asumido, igual que asumen, como normal, que los políticos que gobiernen roben a manos llenas.
Al final llegamos a la conclusión de que, el político que puede roba.