OPINIÓN

Cataluña se hunde

Joaquín ABAD | Viernes 22 de diciembre de 2017
Tras cuarenta años de adoctrinamiento nazionalista, con “Z” de nazismo, en escuelas, universidades, medios informativos subvencionados para que defiendan el secesionismo, llegamos a las verdaderas consecuencias: la economía catalana hace aguas.

Durante decenas de años este trozo de España fronterizo con Francia quizá ha sido la envidia del resto dada su riqueza. La afluencia turística continuada proporcionó a la región de una red hotelera de lujo. Carreteras perfectamente asfaltadas y una seguridad similar a la suiza auguraban un próspero futuro industrial-turístico para la región.

Pero a partir del pasado septiembre todo se vino abajo. El castillo de naipes se desmoronó tras la pretensión de la declaración de República catalana y su inmediata salida del club europeo.

Ayer los votantes catalanes, con sus lazitos amarillos, decidieron seguir el camino de la secesión, votando mayoritariamente las opciones separatistas. Por poco, pero suficiente para que el huido Puigdemont reclame la presidencia de la Generalidad y el Parlament vuelva a las andadas, aunque esta vez bajo la vigilancia de un partido naranja, encabezado por Arrimadas, que no podrá evitar las pretensiones de los republicanos.

Las miles de empresas que tras la implantación del 155 frenaron su decisión de abandonar Cataluña ya están haciendo el equipaje para marchar a Madrid, Valencia, Zaragoza o cualquier otra región española con garantías jurídicas y estabilidad política.

Antes, hacer turismo por Cataluña era más caro que en el resto de España. Ahora, gracias a la incertidumbre “nazionalista”, tenemos ofertas increíbles y precios absolutamente baratos para visitar la región. Los hoteleros, los hosteleros, ya han anunciado pérdidas en sus cuentas de resultados. Seguirán otros productores y veremos la de fábricas que se deslocalizan con el consecuente crecimiento del paro…

En meses, habrá yanto y crujir de dientes… lo vamos a ver.

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