Viernes 22 de mayo de 2015
La relación entre la supuesta princesa Corinna Zu Sayn-Wittgentein y el rey Juan Carlos I, lejos de lo que algunos portavoces de Zarzuela afirman, está bastante más consolidada de lo que pretenden los consejeros de la Corte. Tras el incidente de Botswana, donde ambos se hallaban cazando elefantes y que terminó en accidentado regreso a España y hospitalización del monarca, los servicios secretos prácticamente la expulsaron del territorio nacional como si fuera una apestada. Aquello dejó una marca agria en el comportamiento de las autoridades españolas con la amada del rey y llego a manifestar que no tenía intención de regresar nunca más.
Pero parece que Juan Carlos está decidido a pasar el resto de sus días en compañía de la princesa Corinna, aunque ya haya desistido a divorciarse de Sofía de Grecia, dado que supondría un nuevo escándalo en la casa real con el reparto de gananciales, como establece la ley española, donde saldrían a relucir los miles de millones que Juan Carlos ha acumulado de sus comisiones. Dinero que se encuentra en diferentes paraísos fiscales y opacos a la Hacienda española.
El chalé donde ambos vivirán se halla en la calle Siete Cerros, de una exclusiva urbanización de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, con acceso restringido, y tras varios años de obras está siendo decorado por la propia princesa Corinna. La pareja Juan Carlos y su novia tendrán vecinos de postín como son el ex presidente Felipe González, la pareja Aznar-Botella, el cantante Miguel Bosé así como la familia Botín.
La parcela está a nombre de una empresa interpuesta, como es natural, pero que fue adquirida con fondos del monarca y todos los gastos corren a cargo del que se dice uno de los hombres más ricos de Europa.
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