Al parecer, la industria del agua embotellada había presionado para que en ese municipio turístico no se dejara de ingresar millones de pesetas al día si el agua del grifo se podía beber. Ya saben, las multinacionales que desde hace ciertos años lograron, con una gran campaña de marketing, convencernos de que siempre debíamos ir acompañados de una botellita de agua embotellada y que era imprescindible para la salud. Así, el agua empezó a costarle a los ciudadanos dos mil euros el metro cúbico, cuando siempre fue gratis.
Parece que la clave está en que los gobiernos declaren legalmente el estado de sequía para que la población ya no sea propietaria del agua, y ésta pase al sector privado para su distribución y comercialización.
Y ahora vamos con lo siguiente:
"La sequía afectó gravemente a territorios del norte de Europa, donde se alcanzaron con normalidad temperaturas superiores a los cuarenta grados centígrados. La sequía en Europa fue tan severa que el agua costaba más que el vino, y el humo de los incendios forestales tapaba el sol. Los ríos Rin, Elba y Sena eran cruzados a pie, y el Támesis, por carecer de agua fresca, se llenó de agua del mar."
Este relato de la Wikipedia no es el futuro. Fue una sequía que empezó en 1540 y duró varios años, antes de que llegara una nueva edad del frío en Europa que todos conocemos. Y durante el franquismo se dieron algunos episodios de calor intenso que en los "Nodos" lo bautizaron como "la pertinaz sequía".
Desde hace años nos bombardean con que somos culpables del cambio climático que está secando humedales y nos anuncian un verano de calor extremo. ¿Se les decía lo mismo a los que habitaban Europa en el año 1540? Imagino que en aquellas fechas no existían las multinacionales, Coca-Cola y Pepsi, que son las que se benefician del negocio de embotellar agua en el siglo XXI.