A pesar de los llamados de Kiev para que la guerra no sea tratada como un deporte de espectadores, la contraofensiva de Kraine está siendo muy popular en las redes sociales. Aunque los planes de batalla alternativos son discutidos con entusiasmo, un funcionario ucraniano admitió que todos tienen menos libertad de maniobra de lo que se podría pensar.
Los ucranianos se muestran optimistas públicamente. El ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, aseguró la semana pasada que un gran impulso era inminente y que lo llevarían a cabo tan pronto como las condiciones climáticas fueran favorables y los comandantes tomaran una decisión. Según oficiales británicos que han trabajado con el ejército ucraniano, sus homólogos están confiados y dispuestos a hacer algunos avances serios en el terreno durante este próximo empuje.
Según evaluaciones de inteligencia estadounidenses filtradas, es poco probable que Ucrania logre obtener grandes ganancias territoriales de las fuerzas rusas atrincheradas. Estas fuerzas llevaron a cabo ataques aéreos contra ciudades ucranianas el viernes, resultando en la muerte de al menos 25 personas.
La discrepancia entre el ejército ucraniano y los rusos refleja la diferencia entre táctica y estrategia. Los ucranianos han demostrado habilidad, determinación e imaginación en su lucha contra los rusos. Han utilizado pequeños equipos antitanque móviles para bloquear los empujes blindados rusos en las primeras semanas de la guerra, así como aviones no tripulados explosivos contra los puertos de Crimea. En términos tácticos, han pensado más que sus enemigos.