Años atrás, los delincuentes, cuando eran encarcelados, tenían prostitutas, teléfonos, juergas, y hacían dormir en el suelo a los guardianes. A fecha de hoy, la criminalidad casi ha desaparecido en El Salvador. Acaban de inaugurar la cárcel mas grande y segura de toda América con capacidad para más de cuarenta mil criminales que no gozarán de visitas ni privilegio alguno. Son los que durante decenas de años han tenido en jaque a todo un país y claro, empiezan a salir defensores de derechos humanos de los internos porque están incómodos en las cárceles. Habría que preguntar qué derechos humanos tienen los que han sido asesinados, extorsionados, violados por estos delincuentes que no les importaba apretar el gatillo para robarte el celular.
La población de El Salvador, en su mayoría, aplaude que la paz haya llegado y que la escoria esté encarcelada.
Deberían tomar nota otros países vecinos como Honduras, Guatemala, incluso otros más importantes como Colombia o México, donde los delincuentes tienen más derechos que las víctimas.
Bukele ha demostrado que, si se quiere, a la delincuencia se la puede combatir. El problema, me temo, es que muchos políticos se benefician de las mafias y que tras la defensa de los criminales hay negocio. Y por supuesto, toda esa élite de oligarcas globalistas, que financian organizaciones en defensa de Derechos Humanos, que financian a partidos de la oposión para degastar a gobiernos que logran la paz. Y claro, Soros, como no, detrás de el diario El Faro, que aboga porque a los delencuentes y criminales sean mejor tratados... Lo de siempre. Parece que a la élite de oligarcas lo que les interesa es que haya iseguridad, tráfico de drogas, crímenes... Ellos ganan, la población pierde, claro.