La carta, titulada "Nosotros también somos parte de la Iglesia", dice: "No queremos ser una excepción. No queremos vivir en el silencio".
Cincuenta sacerdotes italianos han anunciado su identidad como homosexuales a través de una carta abierta publicada por la revista italiana Domani. En dicha carta, titulada "Nosotros también somos parte de la Iglesia", los sacerdotes expresaron que "no quieren ser una excepción" y que "no quieren vivir en el silencio".
Una carta titulada "Con tutto il mio cuore" ("Con todo mi corazón") fue presentada por un grupo de cincuenta sacerdotes en septiembre durante el Sínodo sobre la Sinodalidad celebrado en Bolonia. Los sacerdotes expresaron sus críticas hacia las enseñanzas de la Iglesia y afirmaron que "el silencio parece ser la única forma de supervivencia" para los clérigos homosexuales. Además, declararon que no pueden ser aceptados en la Iglesia ya que "no se les permite hablar abiertamente acerca de [su] orientación sexual".
La Iglesia prohíbe específicamente el sacerdocio a los hombres que tienen prácticas homosexuales, aquellos con tendencias homosexuales profundamente arraigadas o aquellos que apoyan la "cultura gay".
Los entrevistados afirman que la Iglesia no es un lugar donde encontrar una aceptación inmediata, especialmente para ellos. Señalan además que hay sacerdotes homosexuales homófobos que proyectan su conflicto interno al exterior, y otros que callan sobre su orientación, asfixiando su propio ser a causa del clericalismo.
Los sacerdotes que salen del armario cuando la atmósfera se vuelve más favorable son una clara violación de las normas dictadas por Benedicto XVI y que aún no han sido derogadas por el Papa Francisco. Estas normas establecen que "las personas con tendencias homosexuales" no pueden ser admitidas en los seminarios católicos. Un documento de 2016 llamado "El don de la vocación sacerdotal", publicado con la aprobación del Papa Francisco, se basa en gran medida en un documento de 2005 que prohíbe el acceso al sacerdocio a aquellos hombres que se identifiquen como homosexuales.
Algunos individuos llegan a responsabilizar a la doctrina multimilenaria de la Iglesia sobre la moral sexual por las pulsiones suicidas de algunos sacerdotes homosexuales. Esta doctrina, que se remonta a mucho tiempo atrás, es acusada de contribuir a la depresión y el suicidio en estas personas.