Pese a tener 69 años de edad, Fernández no parece querer retirarse, ni por las buenas ni por las malas. Sigue siendo el principal personaje político de Argentina, donde genera un gran rechazo (de hecho, una encuesta señala que casi al 70%), sin embargo, es la que mayor intención de voto acapara (un 30%).
Su esperada reacción ante la condena no defraudó a los suyos, incendiando al país con un discurso contra la justicia del país y la oposición macrista.
No obstante, pese a que se esperaba que miles de ciudadanos se echasen a las calles a defenderla, su 'líder' llamó al orden, aunque no por ello dejará de luchar.
En octubre del año que viene, más allá de la condena, Cristina no se medirá con el presidente argentino, el también peronista Alberto Fernández:
“No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta ni a senadora. Mi nombre no va a estar en ninguna boleta [papeleta]”, y sostuvo: “La verdadera pena es la inhabilitación”.
“No soy mascota de nadie”, alegando que así no “perjudicará” a su “fuerza política”, y es que todo el mundo pensaba que sí se presentaría, de hecho, el varapalo judicial no es tal hasta que sea firme la condena, con un recorrido judicial que se prevé más allá de las elecciones.
Hay que destacar que Fernández no ingresará en prisión por el mismo motivo, y es que tampoco queda inhabilitada en estos momentos, ya que goza de inmunidad por su cargo, algo que solo podría levantar el Senado, que precisamente controla el peronismo.
En este punto, queremos recordar que la corrupción ha sido un tema recurrente en la política argentina y, en particular, en relación a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Durante su mandato, se llevaron a cabo numerosas investigaciones en torno a presuntos casos de corrupción en su gobierno y en el de su difunto marido, Néstor Kirchner.
Uno de los casos más conocidos es el llamado "Cuadernos de la corrupción", en el que se revelaron supuestos pagos millonarios en sobornos a funcionarios del gobierno de Kirchner a cambio de adjudicaciones de obras públicas. En 2019, se condenó a Fernández de Kirchner a prisión por este caso, aunque posteriormente fue absuelta.
Otro caso en el que Fernández de Kirchner ha sido implicada es el llamado "Dólar futuro", en el que se investiga un supuesto esquema de manipulación del mercado de divisas durante su gobierno. También ha sido acusada de enriquecimiento ilícito y de utilizar fondos públicos para su campaña electoral.
Fernández de Kirchner ha negado sistemáticamente todas estas acusaciones y ha alegado persecución política por parte de sus adversarios. Sin embargo, los casos de corrupción han generado un gran descontento entre la población argentina, que ha visto cómo se desvían fondos públicos que podrían haber sido destinados a programas sociales o a mejorar la economía del país.