El presidente del PP advierte de que la corrupción tiene distintas modalidades, que van desde el uso de fondos públicos para financiar un partido, realizar una práctica clientelar, hacerlo a amigos u otras organizaciones o cometer delitos como el de sedición: “Todo es corrupción, que es la utilización de dinero público con fines penales punibles”.
Por ello, ironiza con que ayer el Gobierno, para festejar el día de la Constitución, anunciara que va a modificar el delito de malversación: “Cuando Rufián anticipó que esto iba a ocurrir, empecé a tomármelo en serio”.
Califica de “falacia y de gran mentira” que el Ejecutivo diga que la eliminación del delito de sedición y la reforma de la malversación sirvan para amoldar la legislación española a la de los países de nuestro entorno, que establecen barreras penales para proteger su integridad, y denuncia las continuas falsedades sobre las que se apoya el Gobierno desde que Sánchez fue proclamado candidato hasta el desempeño como jefe del Ejecutivo.
Unos PGE "caros" y que nos "desprotegen"
Define los PGE para 2023 como los “más caros” y los que “desprotegen al Estado”. “Son las cuentas de presos por presupuestos para Bildu e inmunidad para los independentistas en la sedición y malversación con ERC”.
Opina que la situación ahora en el ámbito territorial es peor, ya que antes en Cataluña la ley se cumplía, mientras que ahora los políticos independentistas “pueden redactar códigos penales, rebajar delitos y saben que las leyes se negocian con efecto retroactivo”.
Asegura que declarar la independencia de Cataluña o de Euskadi no se puede tipificar como desorden público, tal y como señaló el propio Felipe González, y acusa al Gobierno de controlar y politizar la Justicia y afirma que, entre las prioridades del jefe del Ejecutivo, no está renovar el CGPJ sino nombrar a los magistrados del TC. “No es un buen antecedente para acreditar que se cree en la independencia judicial si se utilizan los poderes del Estado para colocar a los ministros”, añade.
Hace un llamamiento al PSOE de antes
El dirigente popular destaca que el actual PSOE se ha convertido en el “partido sanchista”, confía en que este partido “vuelva alguna vez” porque se le necesita para recuperar el consenso y censura que Sánchez se permita el lujo de echar a Leguina.
“No suscribo una política económica que ha incrementado la deuda el doble que otros países europeos, con el doble de paro, con más impuestos, una recaudación extra de 32.000 millones de euros y sin haber recuperado el nivel de PIB de 2019. Si España jugase un mundial de macroeconomía, estaría eliminado en el primer partido”.
Considera que el “efecto PP” está “más que consolidado” y vaticina que habrá un cambio político en España porque así lo constatan todas las encuestas, salvo la “firmada por un militante del PSOE”, en alusión al CIS.
Feijóo apela al voto útil y se muestra convencido de que España, cuando llegue el momento, emitirá un voto “muy pragmático” a la hora de decidir entre “Sánchez y los independentistas o el PP” porque considera que el presidente del Gobierno ha “demolido ideológicamente” al PSOE.
Un PP que ha absorbido a Ciudadanos e "interclasista"
Define al PP como un “partido interclasista”, con un “ancho” espectro ideológico, pero con principios básicos iguales en toda España, que apuesta por una economía abierta, el Estado autonómico, por decir la verdad a los ciudadanos, y por una “política para servir y no para servirse”.
A pesar de sus polémicas palabras, señala que el proyecto de Ciudadanos está “subsumido” en el PP y afirma que tiene cabida en el Partido Popular actual. “Lo digo desde el mayor respeto”, remarca.
También critica que Sánchez considere el Ministerio de Sanidad como una “maría”, poniendo primero a Illa para después promocionarlo en la Generalitat y luego a Darias “que había oído algo de sanidad y ahora ya ni siquiera es ministra porque es candidata a Las Palmas”.
“En este disparate en el que estamos viviendo tenemos a ministros que se autoproclaman candidatos los fines de semana y prosiguen desde el ministerio haciendo política local” subraya Feijóo, quien insiste en solicitar la dimisión de Grande-Marlaska e Irene Montero.