El tormento que está desatando la "guerra sin sentido" de Rusia en la población de Ucrania y de otros países es "colosal", declaró el martes ante el Consejo de Seguridad el Coordinador de la ONU para la Ayuda Humanitaria y de Emergencia.
En medio de las operaciones humanitarias en curso, Martin Griffiths dijo a los embajadores del Consejo que había venido a informarles en Nueva York de "la muerte, la destrucción, el desplazamiento y el sufrimiento generalizados" que se están produciendo desde la invasión rusa el 24 de febrero, y de los problemas que la continua violencia y el clima invernal están exacerbando.
"Más de 14 millones de personas siguen desplazadas por la fuerza de sus hogares en Ucrania, incluidos los 6,5 millones de desplazados internos en Ucrania, y los más de 7,8 millones de refugiados que han sido registrados en toda Europa", detalló.
Citando datos de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, informó de que oficialmente 17.023 civiles han muerto desde el 24 de febrero, entre ellos 419 niños, pero aseguró: "sabemos que el número real de víctimas es mucho mayor".
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que se han producido al menos 715 ataques contra el sistema sanitario ucraniano, de los cuales 630 afectaron a instalaciones sanitarias y 61 al personal.
"Estos ataques en Ucrania representan más del 70% de todos los ataques contra infraestructuras sanitarias registrados este año en todo el mundo", declaró el funcionario.
Griffiths señaló que, desde el 24 de febrero, 1148 niños han muerto o han resultado heridos, "mientras que millones han huido, se han visto desarraigados de sus hogares, separados de sus familias o expuestos al riesgo de la violencia".
En cámara del Consejo, Griffiths, quien durante años trabajo para UNICEF, se mostró visiblemente consternado al relatar que unos 765.000 niños han necesitado y recibido apoyo psicosocial, para ayudarles a superar el trauma por el que han pasado.
Mientras tanto, los equipos móviles de los centros para desplazados internos están registrando, evaluando y prestando apoyo directo.
Al mismo tiempo, la violencia de género contra mujeres y niñas sigue siendo generalizada y no se denuncia.
Mientras el personal humanitario trabaja para responder a este crisis, la ONU está ampliando los servicios esenciales, incluida una red de espacios seguros, y prestando servicios centrados en los supervivientes principalmente mujeres, niñas, niños y hombres que han sufrido violencia de género.
En medio de temperaturas gélidas que se espera que desciendan por debajo de los -20º centígrados, continúan los ataques contra la infraestructura energética del país, dejando a millones de personas sin acceso a calefacción, electricidad y agua, "lo que añade otra peligrosa dimensión a la crisis humanitaria causada por la guerra", afirmó Griffiths.
Estos ataques privan a la población de asistencia sanitaria básica y a los niños de su derecho a la educación.
"Hoy en Ucrania se ataca la capacidad de supervivencia de la población civil", explicó, recordando que las personas ya vulnerables, como los ancianos y los desplazados, corren el mayor riesgo.
Según el derecho internacional, "los objetos indispensables para la supervivencia (...) deben protegerse (...) en todas las operaciones militares", añadió Griffiths.
La comunidad humanitaria sigue estando al servicio de los ucranianos, con casi 690 socios que prestan ayuda vital y servicios de protección a 13,5 millones de personas.
Trabajando contra reloj para proporcionar servicios y suministros vitales para el invierno, la ayuda de emergencia ya ha llegado a más de 630.000 civiles, proporcionando unos 400 generadores de electricidad vitales a instalaciones esenciales.
Sin embargo, desde octubre, los continuos ataques a toda la red energética por parte de las fuerzas rusas han creado un nuevo nivel de necesidad, advirtió.
"La magnitud de la destrucción de la infraestructura eléctrica y de calefacción requiere un mayor apoyo de la comunidad internacional al Gobierno de Ucrania, más allá de lo que pueden proporcionar las organizaciones humanitarias", advirtió.
Griffiths elogió el apoyo sin precedentes de los gobiernos nacionales y otros donantes al llamamiento urgente de las Naciones Unidas para Ucrania, destacando la recepción de 3100 millones de dólares de los 4300 millones necesarios hasta finales de año.
"Hasta la fecha, hemos transferido casi 1000 millones de dólares en ayuda humanitaria en efectivo a más de 4,3 millones de personas", informó. "Pero hay que hacer más para cubrir el déficit de financiación. El apoyo continuado es fundamental para mantener las operaciones humanitarias hasta 2023".
Aunque reconoció algunas mejoras en el acceso humanitario, dijo que sigue habiendo impedimentos para llegar a las zonas de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia.
"Es absolutamente vital que se permita a las organizaciones humanitarias enviar personal y convoyes interinstitucionales para entregar artículos de socorro a todos los necesitados, dondequiera que se encuentren", subrayó.
De los 13,5 millones de personas atendidas desde febrero, alrededor de un millón se encuentran en zonas fuera del control del Gobierno ucraniano.
"En virtud del derecho internacional humanitario, todas las partes deben permitir y facilitar el paso rápido y sin trabas de la ayuda humanitaria para los civiles necesitados y deben garantizar que el personal de socorro tenga la libertad de movimiento necesaria para su trabajo", afirmó.
A nivel mundial, a principios de 2022, 274 millones de personas necesitaban ayuda humanitaria. La cifra prevista para 2023 ha aumentado a 339 millones, entre otras cuestiones debido a la guerra de Rusia en Ucrania, lo que supone un incremento del 24%, dijo Griffiths a los embajadores.
"Representa una de cada 23 personas del planeta", dijo, equiparando la cifra a la población del tamaño del país más poblado del mundo.
"Debemos hacer más para invertir esta tendencia devastadora (...) redoblar todos los esfuerzos para evitar una nueva escalada y poner fin a la guerra en Ucrania (...) y no escatimar esfuerzos por la paz".