El sector energético, responsable de más de dos tercios de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, se alimenta principalmente de combustibles fósiles. Si bien estos llevan electricidad y transporte a la mayor parte del mundo, acarrean un profundo dolor y pérdidas en las comunidades y ecosistemas vulnerables.
Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), actualmente sólo el 29% de la generación mundial de electricidad proviene de energías renovables y las emisiones de carbono continúan una tendencia al alza.
“Apenas hemos arañado la superficie. Y el año transcurrido desde Glasgow (sede de la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), francamente, ha sido un año de procrastinación climática. Para 2030, necesitamos reducir las emisiones entre un 30 y un 45%, pero desde la COP26 hemos reducido apenas un 1%. Por lo tanto, tenemos un largo camino por recorrer”, dijo la responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, en un evento en Sharm el-Sheikh, la ciudad egipcia sede de las conversaciones de este año.
Andersen señaló que actualmente vivimos en un mundo que se ha calentado 1,1°C desde la era preindustrial, y que ya estamos viendo un aumento de tormentas, sequías, inundaciones y malas cosechas.
“Las políticas actuales nos llevan a un mundo de 2,8 grados (...) Es importante que tengamos una conversación sobre la reducción de emisiones y sobre quién lleva la carga. El G20, que se reúne esta misma semana... tiene una responsabilidad colectiva por el 75% de todas las emisiones”, subrayó, pidiendo que estas economías inviertan en financiamiento y “justicia climática”.
Simon Stiell, secretario ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, también enfatizó la importancia de frenar el calentamiento global a 1,5°C y subrayó que es un objetivo establecido por el Acuerdo de París, pero que también se basa en la ciencia y los datos.
“Cualquier aumento superior a 1,5°C incrementa los riesgos para la salud, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico. Para muchos, ya es un infierno (…) cada fracción de grado más allá de 1,5 pone cada vez más en peligro la vida humana en este planeta”, enfatizó, y urgió a los países a que sean “rigurosos” en sus esfuerzos por cumplir los compromisos adquiridos en Glasgow para mantener el 1,5.
Stiell, quien el lunes instó a las partes a “cerrar la brecha” en la reunión de Sharm el-Sheikh para garantizar una acción rápida en materia de mitigación, adaptación, financiamiento y responsabilidad por pérdidas y daños, alentó a las naciones a presentar “posiciones sustantivas” para avanzar sobre estos temas.
Entre los acontecimientos positivos, Stiell destacó que Sudáfrica ha lanzado un plan multimillonario para pasar del carbón a la energía verde, calificándolo como un momento clave en el impulso global para la transición a los combustibles fósiles.
“Anticipamos escuchar más ambición en esta área cuando los ministros del G20 se reúnan esta semana en Bali. Por lo tanto, estamos avanzando en la COP27, pero avanzar más y más rápido también significa tomar medidas más allá de la COP para reducir las emisiones”, enfatizó.
En la Cumbre del G20 en Bali, una coalición de países encabezada por Estados Unidos y Japón anunció que invertirá 20.000 millones de dólares para reducir drásticamente la dependencia de Indonesia del carbón y hacer la transición de la nación del sudeste asiático a la energía renovable.
Actualmente, Indonesia es uno de los mayores consumidores de carbón del mundo y el quinto mayor emisor global de gases de efecto invernadero.
Según Jim Skea, científico y miembro del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), el mundo ha dado grandes pasos adelante en términos de energía renovable, con los costos cayendo y el despliegue de instalaciones creciendo en los últimos años.
“La mitad de las emisiones del mundo ahora están cubiertas por la legislación climática. Una quinta parte de las emisiones mundiales está cubierta por los precios del carbono. Las personas aún no han usado todas las herramientas, pero las tienen en su mesa de trabajo. Y si la gente tiene suficiente fuerza de voluntad para hacerlo, pueden suceder grandes cosas”, dijo a Noticias ONU.
Skea subrayó que los informes del IPCC dejan claro que, a corto plazo, debe haber reducciones mayúsculas en el uso del carbón, reducciones medianas en términos de petróleo y reducciones modestas en términos de gas para mantener al alcance el escenario del incremento de 1,5°C.
“Necesitamos ver que el uso de gas sea un 45% más bajo para 2050. Eso es una reducción del 2% anual. Y, francamente, los campos de gas existentes se agotarán más rápido que eso”, explicó el científico, aclarando que el mundo necesita prescindir de todos los combustibles fósiles, quizás a diferentes velocidades.
Por su parte, Francesco La Camera, director general de la Agencia de Energía Renovable, explicó que el futuro de los sistemas energéticos se basará en gran medida en las fuentes renovables y se complementará con el hidrógeno verde y el uso sostenible de la biomasa.
“Hoy tenemos menos de un tercio de origen renovable y dos tercios de combustibles fósiles en el sistema energético. Tendremos una situación completamente diferente en 2050, cuando las energías renovables y limpias serán más de las dos terceras partes de la energía (…) todo está cambiando”, apuntó.
Agregó que las energías renovables pueden generar tres veces más empleos que una inversión igual en el sector de los combustibles fósiles, además de contribuir más al PIB de los países.
“La crisis de Ucrania ha certificado el fin del sistema energético centralizado en combustibles fósiles. Los gobiernos han descubierto de repente que no podemos tener el 80% del país dependiendo de los combustibles fósiles y ahora todo el mundo quiere apostar por un sistema que pueda ser más independiente”, argumentó el experto.
Sin embargo, reconoció que, si bien la transición está en marcha, no está ocurriendo a la velocidad y escala necesarias para lograr los objetivos del Acuerdo de París.
Este martes también fue “Día de la Sociedad Civil” en la COP27.
La semana pasada, Urgewald, junto con otras 50 ONG socias, lanzó su actualización anual de la Lista de Salida Global de Petróleo y Gas, una base de datos pública que cubre 901 empresas de petróleo y gas, que representan el 95% de la producción mundial de petróleo y gas.
El informe reveló que el 96% de la industria del petróleo y el gas se está expandiendo, y que muchas instituciones financieras y bancos continúan haciendo inversiones relacionadas, incluso cuando muchos se han comprometido con las “cero emisiones”.