El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, explica que en Europa hay un concepto de nueva política “de usar y tirar” que piensa más en el corto que en el medio y largo plazo, que saca réditos al enfrentamiento, la división y la lucha partidaria y que da lugar al populismo.
Frente a los ataques del Gobierno al Banco Central Europeo, Feijóo ha lamentado que uno de los “tics” del populismo es deslegitimar las instituciones internas y en consecuencia las externas y que ahora, frente a la crítica del BCE al impuesto a la banca que quiere implantar el Ejecutivo, Sánchez le deslegitima: “En España el Gobierno tiene el tic de deslegitimar las instituciones y cuando hay alguien que dice algo que perjudica al Ejecutivo, automáticamente esa institución está en contra de España y favoreciendo a la oposición”, critica.
Alerta de que España se enfrenta al mayor riesgo de populismo en sus más de 40 años de democracia con un gobierno tripartito que necesita los apoyos de independentistas vascos y catalanes en el Congreso. Por ello, critica el “afán revisionista de la historia y el descrédito de las instituciones que tienen en común todos los populismos” y destaca que la democracia liberal se basa en el respeto a la ley y la seguridad jurídica.
“Censuramos a los que tienen soluciones para todo, pero carecen de experiencia de gestión y nunca han solucionado nada”
Llama a cuidar y preservar la democracia “porque las conquistas nunca son eternas” y pone como ejemplo países democráticos donde el nivel de libertad y derechos ha disminuido, y alerta del incremento de la deuda pública en España así como de la tasa de paro y del aumento de los impuestos y afirma que “aplazar un problema supone engrandecerlo”.
Considera un peligro que un gobierno solo gobierne para sus votantes y no para el conjunto de la ciudadanía porque construye un relato en el que una parte de la sociedad ha de vencer a la otra parte, a la par que considera que España necesitaría hoy unos nuevos Pactos de La Moncloa, pero en su opinión “los acuerdos del Gobierno con el independentismo son lo contrario al pacto”.
Critica la ingeniería social que está detrás de aprobar planteamientos sin consenso como la ley Celaá y la ley trans, y defiende una “política útil, lejos de la bronca y la crispación”, ya que, a su juicio, “lo más revolucionario es hacer cosas útiles” y plantear respuestas a desafíos actuales como el mantenimiento del sistema de pensiones.