Las 54 economías con los problemas de deuda más acuciantes albergan a la mitad de la población más pobre del mundo y precisan acceso inmediato a una reestructuración o a obtener algún alivio para evitar una crisis sistémica de desarrollo, apuntó este martes el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En un nuevo análisis, el PNUD indicó que la carga de la deuda empeoró gravemente para esos países como consecuencia de las crisis en serie derivadas de la pandemia y advirtió que es imperativo actuar de inmediato.
Si estas naciones -que representan poco más del 3% de la economía global- no tienen acceso a una reestructuración efectiva de su deuda, la pobreza aumentará y las inversiones en adaptación y mitigación climáticas que se necesitan con urgencia no se llevarán a cabo, especialmente porque los países afectados se cuentan entre los más vulnerables del mundo al clima.
“El alivio de la deuda sería una piedrita para los países ricos, pero el costo de la inacción es brutal para los más pobres del mundo. No podemos darnos el lujo de repetir el error de proporcionar muy poco alivio y demasiado tarde, en la gestión de la carga de la deuda de las economías en desarrollo”, dijo el administrador gerente del Programa, Achim Steiner.
Según el informe, la reestructuración de la deuda no puede esperar hasta que las tasas de interés bajen o se produzca una recesión mundial.
El documento destacó la volatilidad de las condiciones del mercado dados factores generalizados como la contracción fiscal y monetaria sincronizada y el bajo crecimiento. Detalló que 19 economías en desarrollo están pagando más de diez puntos porcentuales sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos para obtener créditos en los mercados de capital.
El PNUD explicó que la crisis de deuda se ha deteriorado en parte como consecuencia de las políticas internas de los países ricos, que han provocado que las tasas de interés en las economías en desarrollo se disparen y que los inversionistas huyan de esas naciones.
Además, esto ocurre mientras las economías en desarrollo tienen grandes déficits de financiamiento para luchar contra el cambio climático. Los 54 países más vulnerables a la deuda incluyen 28 de las 50 naciones más vulnerables al clima.
En vísperas de la reunión de los ministros de finanzas del G20 se reunirán en Washington esta semana, la agencia de la ONU sostuvo que existen las condiciones para que los acreedores y los deudores inicien las conversaciones de reestructuración de la deuda bajo el Marco Común del G20 y eviten así una crisis de deuda de los países en desarrollo que, de lo contrario, podría convertirse en una crisis de desarrollo a largo plazo.
El PNUD abogó por reestructuraciones integrales que permitan a los países un retorno más rápido al crecimiento, así como a los mercados financieros y el desarrollo.
El estudio argumentó que la reestructuración efectiva de la deuda es vital para garantizar que las economías en desarrollo tengan las finanzas que necesitan para avanzar en el desarrollo sostenible, pero subrayó que también urgen nuevas fuentes de financiamiento para que esos países realicen inviertan en adaptación y mitigación climática.