La cooperación diplomática entre Estados Unidos y Rusia está rota. Tal y como ha podido conocer mil21, militares estadounidenses se encuentran reasentando las bases de fuera de sus fronteras tras advertirse movimientos alrededor de estos puntos, que podrían ser blanco de ataques intercontinentales.
Han sido los familiares de la hueste los que han puesto sobre aviso a varios medios estadounidenses tras recibir la llamada de sus familiares desde Medio Oriente. Desde El Pentágono se han mostrado reservados ante esta información, con un tajante “sin comentarios”.
Que Estados Unidos quiere retirar del poder a Bashar al-Ásad no es ningún secreto, y más ahora que su estrategia de utilizar a “rebeldes” para que se encargasen del trabajo sucio ha fracasado. El origen de este conflicto podría radicar en la negativa del presidente sirio a dejar pasar un gasoducto por el norte del país para abastecer a Europa, sin tener que depender del gas natural ruso, lo que a su vez llevaría a una disminución de poder del Soviet.
Siria rechazó el gasoducto por su alianza con Rusia
Cabe recordar que, cuando Qatar propuso el citado oleoducto, éste obtuvo el apoyo de todos los gobiernos, salvo el de Siria. La relación de su presidente con el de Rusia pudo más que los beneficios económicos derivados de esta cesión, por lo que se opuso a cualquier movimiento que pudiera dañar a Vladímir Putin.
Esta posición no sentó bien a otros aliados de Bashar al-Ásad, como Arabia Saudita o Qatar que, entre otros, han financiado a “rebeldes moderados” con el fin de liberar a Siria de su presidente. Y es que, aunque esta porción de conducto de gas y sus consecuentes beneficios económicos pudieron ser el desencadenante de esta situación, con este movimiento también estarían coartando la intención de su enemigo común, Irán, de hacerse con la mayor parte del pastel.
Gracias a la intervención rusa en Siria, tras la visita de su presidente a Moscú, se descubrió que grupos terroristas como ISIS o Al-Qaeda se autofinancian gracias al contrabando de petróleo que substraen en el país y al norte de Irak, por el que obtienen ganancias superiores a los 100 millones de dólares cada mes. Fue en este momento cuando Rusia comenzó a bombardear los convoyes que transportaban el petróleo sustraído, tal y como informó mil21, algo que hizo que Turquía se delatase y exigiese a los rusos el alto al fuego, pues poco después se supo que algunos funcionarios del gobierno turco obtenían grandes sumas de dinero por dejar que el petróleo robado se almacenase en su país.
El primer avión ruso que fue derribado por Turquía, se dice que no ha sido el único, por “haber violado el espacio aéreo” no fue sino una clara advertencia ante su posición en cuanto al gasoducto. Como era de esperar, Rusia no cejó en su objetivo y lanzó un vídeo que ponía en evidencia el contrabando de petróleo hacia Turquía, en cuyas fronteras ni siquiera debía pasar por los controles.
Turquía, en el punto de mira
El presidente turco, RecepTayyipErdoğan, fue señalado como el culpable del derribo del avión ruso y del comienzo de las hostilidades del país de Putin hacia Turquía, que llegó a prohibir a sus ciudadanos que visitasen el “estado traidor” al que, además, impuso cuantiosas sanciones económicas.
Los éxitos de Rusia en Siria se fueron sucediendo con el paso de los meses. Varias células terroristas cayeron, algo que no sentó bien a Estados Unidos, que apoyaba a los “rebeldes moderados”, tal y como los consideran, en su objetivo de derrocar a al-Ásad. Sin embargo, varios de los integrantes de estos grupos podrían haber estado haciendo un doble juego, ya que integrarían varias células del ISIS y Al-Qaeda, lo que ha llevado a pensar que, en verdad, el país liderado momentáneamente por Barack Obama da su ayuda a terroristas a cambio de quitarse un “mal mayor”, según se desprende de las declaraciones de varios excombatientes norteamericanos.
A Estados Unidos no le quedó otro remedio que firmar una tregua con Rusia, que no tardó en romper, ya que cada uno perseguía objetivos diferentes. Esta farsa derivó en un ataque de aviones de la supuesta coalición encabezada por los americanos, matando a más de 60 personas e hiriendo a otras 100. Apenas unos minutos después, comenzó un asalto a tierra contra el ejército sirio por parte de elementos bien organizados de ISIS y Al-Qaeda. El presidente sirio ya ha advertido que tiene en su haber audios en los que se puede comprobar cómo los pilotos de la coalición se ponían en contacto con los terroristas, en lo que parece ser un ataque coordinado.
“Fue un error”, lamenta uno de los portavoces de El Pentágono, que además indica que no puede haber prueba alguna sobre su cooperación con los terroristas puesto que no existe, “es una teoría falsa y ridícula”. La reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York puso en jaque al gobierno estadounidense. Tras el frustrado encuentro, el Ministerio de Defensa ruso defendía que “hemos llegado a una conclusión aterradora para el mundo, que los Estados Unidos están apoyando a los terroristas del ISIS”. Poco después, un barco ruso que opera en la costa de Siria lanzaba tres misiles Kaliber a un Centro de Operaciones terrorista en el que se encontraron hasta tres docenas de oficiales militares uniformados de Estados Unidos, Israel y Turquía, según han desvelado las autoridades rusas.
Todo esto ha llevado al corte de la cooperación diplomática de Estados Unidos con Rusia dentro de Siria. El objetivo de los americanos sigue siendo derrocar a al-Assad, aunque parte en clara desventaja, ya que los rusos sí cuentan con el permiso necesario para residir en el país, mientras que EE.UU. no tiene una declaración de guerra por parte del Congreso o una autorización del Consejo de Seguridad de la ONU para quedarse.
El ultimátum de Putin a Estados Unidos
El presidente ruso no tardó en dar réplica a los EE.UU. tras darse a conocer la ruptura de su cooperación diplomática, lanzando un ultimátum basado en cinco exigencias: