OPINIÓN

En defensa de Occidente (XXIX)

(Foto: Imagen de archivo/Unsplash).
Carlos González | Viernes 26 de agosto de 2022
Una vez que hemos terminado el partido contra Rusia, en los cuartos de final, lo conveniente es que realicemos un análisis post-partido en el que saquemos todas las conclusiones que podamos, y elaborar los máximos Conocimientos posibles para saber como enfrentarse, en el futuro, a un rival de esas características.

Bien es cierto que ya son conocimientos muy elaborados del pasado. El problema actual de la Federación Rusa, no es diferente a la Francia Napoleónica, a la Alemania de principios del S. XX, o del Japón de 1.940. Quieren no solo mantener, sino expandir su estructura política y cultural a los máximos territorios posibles. Unos se fundan en su “Cultura original”, otros en la “Raza”, ahora Putin en una mezcla de Idioma, Raza, Cultura y tradiciones. A ese conglomerado, que no es más que un grupo social organizado (GSO) le suelen llamar Estado, Nación, Imperio. Pero da lo mismo, es una cuestión de nombres. La actitud Psicológica -deseo de dominación como machos Alfa de los máximos territorios posibles y la imposición-propagación de su esperma- y la Aptitud material –recursos económicos, grandes ejércitos ya preparados y armados desde hace tiempo, propaganda para insuflar energía a sus bases- es la misma, están calcados unos de otros.

¿Como se debe abordar el partido para obtener la victoria? Pues como se hizo en el pasado con aquellos, y hoy con estos. Simplemente hacerles ver que no están solos en el planeta Tierra, que es una cuestión de que elaboremos entre todos unas normas de tráfico, con semáforos y rotondas, y un conjunto acordado de señales, para que todos podamos sobrevivir, convivir y circular. Ellos van de “Chulos de barrio”, y apoyándose en sus propias novelas de caballería -como nuestro Alonso Quijano- pretenden imponer sus normas de tráfico a los demás, que solo tienen un artículo: “Que todos se paren y esperen cuando ellos pasan, porque son los que tienen el derecho a mandar en la circulación”.

Y una vez sometidos a la decisión multilateral, hacerles ver que en realidad esto funciona. La prueba está bien clara, hoy Alemania y Japón, así como la Francia post-Napoleónica, durante el S. XIX, se han integrado en el concierto de las naciones, y son unos abanderados muy importantes. De hecho, sus economías, y sus sociedades en general, están al frente de los estados más ricos y desarrollados, y a ninguno de los tres se les ocurre decir que: “Van a invadir a sangre y fuego a sus vecinos”.

La posición equilibrada es que ellos tienen todo el derecho del mundo a seguir con ciertas tradiciones, costumbres, y ánimo de vender su cultura al exterior. Pase lo que pase nadie podrá anular a la gran literatura rusa, a su excepcional teatro y sus autores, y menos aún a sus extraordinarios compositores. A nadie le interesa la nacionalidad del creador del “Lago de los cisnes”, lo que todos sabemos es que es “Fantástico” y nos encanta a todos. Y a partir de ahí, que intenten organizar los máximos y mejores festivales posibles. Lo que no podrán, y debemos imponérselo y dejárselo muy claro, es que no pueden obligar a entrar a los espectadores a punta de pistola.

Pero lo que nosotros debemos hacer es preocuparnos de nuestra posición. Y realizar nuestro trabajo y objetivos desde la misma. Que ellos extraigan sus conclusiones, nosotros debemos hacer hincapié sobre las nuestras. Estas están bastante claras:

  • Tras la victoria en el partido hemos de hacer ver a Rusia de que son Cristianos como nosotros. Con una serie de valores compartidos que han provocado que, aunque con rivalidades y diferencias, hemos desarrollado durante dos mil años nuestras sociedades con una estructura casi idéntica.
  • Que provenimos de la estructura política del Imperio Romano, ellos del de Oriente, nosotros del de Occidente. Pero que el Derecho Romano de Justiniano y sus Compilaciones nos rigen a ambos. Y que ya llevamos viviendo la misma cultura intercambiada desde hace mas de mil años.
  • Pertenecen al mundo de Descartes, Newton e Einstein, como nosotros. Llevan compartiendo el Método Científico con nosotros los últimos quinientos años.
  • Que pertenecemos a la misma cultura. Muy diferentes a todo África, y más aún a sus vecinos de Asia, con los que nunca compartieron nada y siempre vivieron de espalda absoluta a ellos. Incluso durante el mundo llamado Comunista, nadie vivió más alejado de la Unión Soviética que la China de Mao o el Vietnam triunfador, así como Corea del norte con la que comparte frontera y no le une absolutamente nada.


Tras el partido Rusia se integrará en la Liga de las competiciones deportivas del futuro. Designaremos un sistema arbitral y nombraremos a los árbitros juntos. Estoy seguro que serán unos magníficos competidores, pero con reglas para todos.

¿Dónde han estado nuestros mayores fallos, y que debemos corregirlos cuanto antes? En que no podemos despistar nuestra defensa al principio del partido. Debimos pararles los pies cuando actuaron contra Georgia (allí nos marcaron el primer gol), y es imperdonable cuando nos metieron el segundo con la toma de Crimea casi con cachondeo. Aunque al final -y es lo que importa- ganamos cinco a dos el partido, nunca debemos dejar marcar esos dos goles.

Hemos de saber, para el futuro, cuando un dictador ha iniciado sus pasos hacia la destrucción de sus vecinos… Y pararle los pies en ese momento.

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