“Con tristeza, porque Andalucía vuelve a salir por noticias negativas. Y con alivio, al darse fin a una etapa negra, aunque todavía quedan resoluciones judiciales vinculadas a la mala gestión socialista”, señala Bendodo, a la par que exige que se den explicaciones por este asunto, porque Sánchez aún no se ha pronunciado, y recuerda que la ministra de Hacienda fue consejera con Chaves y Griñán.
“La callada por respuesta no es lo más recomendable”, remarca. “Esperemos que nadie tenga la tentación de tomar decisiones que nadie entendería. Estoy escuchando hablar de indultos. No creo que el Gobierno cometa ese atropello y tampoco queremos entender que las prisas por renovar el TC tengan que ver con esto, con el recurso de amparo que parece van a presentar desde la defensa de los condenados. Sería mucha casualidad”.
Reivindica que, en cuatro años de gobierno del PP, Andalucía “suene fuerte” y lidere parámetros económicos sin “ninguna mácula de corrupción”, y califica de “sorprendente” que la ministra Alegría abandonara el Consejo de Ministros para dar una rueda de prensa en sede socialista para “defender lo indefendible”.
Bendodo espera que la reunión de la mesa de diálogo no suponga nuevas concesiones para Cataluña: “El chantajista nunca se conforma con el primer pago”. Sostiene que el Gobierno debe tratar por igual a todos los territorios y no guiarse por “intereses políticos o de aritmética parlamentaria”, “premiando” a unas comunidades sobre otras.
Por otro lado, lamenta que las prioridades del Ejecutivo de Sánchez no coincidan con las de los españoles ni las de la Generalitat con las de los catalanes, por lo que aboga por no seguir abundando en debates que “no interesan en el fondo a la sociedad catalana”.
Defiende que la diversidad de lenguas en España “enriquece el territorio” y deben servir para unir. “No se pueden utilizar para tirársela a la cara al adversario político o al que no piensa igual. Cuantas más lenguas, mejor, pero sin vetar otras. Ninguna lengua debe ser excluyente”, añade.
Recomienda al Gobierno de Sánchez “tomarse muy en serio” la política energética y plantea “no tener prejuicios” a la hora de utilizar cualquier energía que sea segura y medioambientalmente sostenible, dado que el “reto” de pasar el invierno es “mayúsculo”.
Censura que el Ejecutivo haya logrado “cuadrar el círculo” en esta legislatura: entrar el conflicto con el principal suministrador de gas de España, Argelia, en plena crisis energética.