OPINIÓN

El significado de la palabra esfuerzo

Un español en Alemania (136)

Jose Mateos Mariscal | Sábado 19 de marzo de 2022
El tema de los migrantes puede generar opiniones encontradas. Nuestra situación realmente es preocupante y pone tanto a los gobiernos europeos como a la sociedad en una prueba constante de tolerancia y quizás, ¿aceptación?

Como ciudadanos cambiamos “de bando” conforme conocemos historias de migrantes, y también cuando vemos muchas consecuencias negativas de tener tantos migrantes en territorio nacional; a veces queremos que se les brinde asilo y otras que se los lleven a todos.

Los inmigrantes en Alemania somos expertos en resistir y experimentamos cada día el significado de la palabra esfuerzo. Mi propósito es conocerlos para saber mejor la realidad de la juventud española migrante en el país. Aquí están algunas de las historias de esos jóvenes migrantes españoles…

Solo me he dedicado a buscarme la vida

Cuando escuchas a Agustín Martín Fernández, piensas que no aparenta los 27 años que tiene. No por su físico, sino por la gran madurez que demuestra en cada palabra. Porque es un ejemplo de lucha, pero también de perseverancia. Cada día se dedica a recorrer las calles de Düsseldorf para entregar su currículum traducido al alemán, en todos los comercios, negocios y restaurantes que encuentra a su paso sin saber una palabra del idioma, “pero tampoco puedo rendirme; necesito trabajar, aunque me encuentro en una encrucijada en Alemania sin dinero”, reconoce el joven.

Para Agustín Martín, las prioridades están muy claras desde que era menor de edad. "Siempre me he buscado la vida sin meterme en problemas, desde que cumplí los 18 años no he dejado de buscar trabajo para ayudar a mi madre en España", señala. Recuerda que su primer empleo fue como mecánico cuando solo tenía 16 años. Antes de partir a Alemania, con 26, ya tenía experiencia trabajando como electricista, como dependiente en una tienda de ropa, en un restaurante, como pintor... Pero el sueldo nunca era proporcional a las horas de trabajo, ni suficiente para ayudar en casa. "Por eso me fui de España", resume.

Llegó a trabajar en restaurantes sin contrato, seis días a la semana y a tiempo completo por solo 450 euros en España. "Me duele mucho que se aprovechen de nosotros en Europa, que no sean capaces de ayudarnos cuando venimos con toda la voluntad de trabajar en Alemania, de tener un futuro", reconoce Agustín. "Yo nunca he robado, nunca he ido al calabozo, aunque también he estado viviendo en la calle, pero solo me he dedicado a buscarme la vida por mí y por mi familia", explica el joven.

Desde junio del 2021 Agustín Martín se encuentra en uno de los pisos de acogida de Cáritas en Alemania para la Integración de los Inmigrantes. Sabe que ya no está solo en su proceso documental ni en el proceso de la búsqueda de empleo, y cuenta con el apoyo emocional para hacer frente a esta situación. Seguiremos luchando juntos como inmigrantes hasta que llegue esa oportunidad que lleva años buscando y que sabemos que conseguirá. Porque cuenta con los mejores aliados: la madurez y la perseverancia. Y porque no hay obstáculos que frenen su determinación infinita.

El empeño imparable de Leandro Mateos Hernández

Leandro Mateos Hernández, de 18 años, ya pensaba seriamente en su futuro a los 11. A diferencia de muchos adolescentes de esa edad, su preocupación iba mucho más lejos de aprobar el instituto con buenas notas. De ahí que durante las vacaciones escolares estudiaba alemán, inglés, Matemáticas, Artes Escénicas, pasaba los tres meses de verano estudiando y después de conseguir unos ahorros y algo de dinero para su familia, decidiera emprender la 'aventura del sueño europeo'. Una aventura que, en realidad, se torna en un laberinto de obstáculos para menores y jóvenes migrantes en Alemania desde el momento que abandonan el hogar familiar.

Afortunadamente, la madurez de Leandro Mateos ha sido su aliada en este proceso. Pasó un año y medio en el curso de integración del idioma alemán, pero él sobrellevó este tiempo con calma, tratando de que fuera lo más productivo posible, a pesar de la negativa del centro a escolarizarlo en estudios superiores en Alemania de Artes Escénicas.

"En ese tiempo di cursos, pero no aprendí nada de Artes Escénicas, porque no me llevaban a clase desde el Instituto alemán", explica el joven. Sus ganas de avanzar en este campo han sido clave para que, en tiempo récord desde que cumplió la mayoría, ya domina la lengua inglesa, alemana y su lengua materna, la española, por lo que puede expresarse con autonomía en tres idiomas diferentes, perfecto para rodar en grades productoras de cine.

Aunque la primera frontera que cruzó fuese la de Alemania, desde que inició su periodo migratorio no ha dejado de superar barreras. Nada más cumplir la mayoría de edad se encontró con la traba más temida, la de documentar su historia en el cine. Ahí empezó su carrera a contrarreloj y el proyecto de su vida, el cortometraje "Emigrantes en Alemania", como primer actor, escenificando de su propia vida.

En toda esta carrera, hay un día que Leandro Mateos nunca olvidará: el del viaje en el avión que le trajo hasta Alemania, donde comenzó una nueva andadura siendo ya un joven emigrante. "Es muy difícil de expresar en el cine lo que sentía en el viaje, porque llevaba mucho tiempo esperando ese momento, estaba contento, pero también muy triste porque me alejaba más de mi familia en España", reconoce.

A pesar de la emoción, su llegada a Alemania no fue fácil, pero el joven nunca perdió la calma ni el sentido de madurez. Su grado de responsabilidad y compromiso le ha permitido lograr muchas cosas. Continúa estudiando inglés, alemán y español, está a la espera de que sea admitido en una Universidad para ser un gran actor, mientras pasa su tiempo libre realizado cortometrajes: "Mi objetivo ahora mismo es seguir formándome porque quiero conseguir el futuro que vine buscando y sé que cuento con la ayuda que necesito", explica. Así, paso a paso, poco a poco, con paciencia y esfuerzo, Leandro Mateos Hernández va consiguiendo cada una de sus metas. Y todo gracias a su empeño imparable, su sueño de poner rostro a la dura realidad de emigración.

La valentía de El Mehdi Tahir

El Mehdi Tahir tiene una mirada transparente. Tanto como él mismo. Y, aunque no es plenamente consciente de ello, también tiene mucha valentía. Con solo 28 años, ya ha sorteado solo varios obstáculos. El primero, cruzar la frontera que separa su ciudad natal Casablanca con Madrid, con solo 5 años de edad. Permaneció años en la capital española. Aun así, las mayores trabas aparecieron cuando cumplió la mayoría de edad y a los ojos del Estado, dejó de ser un menor para pasar a ser un Emigrante en Alemania. Pese a todo, El Mehdi Tahir nunca pensó en renunciar a sus sueños, a su futuro de ser director de cine. Así fue como llegó a Alemania, con la residencia en regla, donde ahora permanece trabajando por un futuro mejor, en el proyecto de cortometraje "Emigrantes en Alemania".

La emigración le puso frente a una de las experiencias más difíciles de su vida. Una experiencia que supo afrontar con madurez, sabiendo que tenía que mantener la cabeza fría y que sería algo temporal. Un tiempo en el que, según cuenta, ha encontrado a personas buenas que están dispuestas a ayudar a otras personas. Se queda con eso y con el hecho de que se aprende de todo lo que ocurre en la vida.

Tiene claro que le toca esforzarse para encontrar ese futuro que vino buscando a Alemania. Un futuro con un empleo que le permita ayudar a su familia. Para eso, se ha marcado como primer objetivo mejorar su alemán, además de retomar el instituto en cuanto comience el próximo año escolar, y realizará su sueño de ser director de cine y guionista, aunque El Mehdi Tahir se muestra receptivo ante cualquier iniciativa que le permita dar los pasos para conseguir su propósito.

Él se imagina trabajando en una productora de cine, pero tiene la mente abierta para aprender en todos los ámbitos y aprovechar cualquier oportunidad laboral. Desde el proyecto "Cortometrajes emigrantes" estamos plenamente convencidos y convencidas de que El Mehdi acabará cumpliendo con las metas y, además, no estará solo en ese proceso. A pesar de su juventud, cuenta con la madurez necesaria para seguir dando los pasos con determinación y con valentía produciendo cortometrajes poniendo rostro a la dura realidad de la emigración.

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