Putin mostró al monarca alauí su cara más amable y se esforzó en que se sintiera cómodo, según el discurso de bienvenida del presidente ruso en el que enfatizó que Rusia tiene unas “relaciones maravillosas” con Marruecos. Palabras a las que Mohamed VI respondió que “para mí siempre es una gran alegría venir a este país”.
La visita oficial a Moscú de tres días de duración coincide con la ruptura de las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea por la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia que anuló el acuerdo comercial de productos agrícolas y pesqueros de 2012 entre los 28 y el país magrebí, porque el texto incluía el Sáhara Occidental, territorio cuya soberanía no está reconocida internacionalmente. Marruecos es el primer beneficiario de la ayuda financiera de la llamada política europea de vecindad, con 200 millones de euros anuales, además de tener un status de socio preferente dentro de la UE. La Unión ha interpuesto un recurso contra el fallo del tribunal y trata de recomponer la difícil situación.
Mohamed VI no perdió la ocasión de mostrar su malestar ante Putin por la anulación del acuerdo comercial: “Espero que nuestros socios tradicionales de la UE -Francia, España y Portugal- nos ayudarán a superar el difícil período actual tan pronto como sea posible” (…) entretanto vamos a discutir las exportaciones de productos marroquíes a Rusia”, puntualizó el rey.
Un submarino a cambio
En medios diplomáticos se señala que la decena de acuerdos firmados por la delegación marroquí en Moscú (se detallan al final del texto), representan un “salto sin precedentes” en sectores estratégicos como la pesca, defensa, minería y energía, que afectarán en una u otra medida a España, Francia, Argelia y Estados Unidos.
Las cuatro razones de Marruecos
¿Por qué Mohamed VI ha cerrado este gran acuerdo estratégico con Putin a riesgo de enfadar a Washington? El rey y sus asesores vislumbran el cambio que se está produciendo en la relación de fuerzas a nivel mundial, focalizado en cuatro razones que representan “intereses nacionales” prioritarios para la Monarquía marroquí:
a) Rusia mantiene estrechos vínculos con Argelia, adversario histórico de Marruecos. Por tanto, es el momento de estrechar relaciones con Moscú como interlocutor privilegiado con los próximos dirigentes que lleguen al poder en Argel, una vez fallezca el anciano y enfermo presidente Buteflika. La cuestión del Sáhara está en el fondo de esta primera razón.
b) Estados Unidos ha dejado de ser la gran potencia de un mundo pretendidamente unipolar y se ve obligado a compartir liderazgo con China. Por tanto, el siguiente paso de Rabat será su acercamiento a Pekín.
c) Rusia gana influencia en Europa, con el apoyo de Alemania. La UE es prioritaria para el desarrollo de Marruecos.
d) No se puede dejar de lado a Rusia en el Mediterráneo, máxime cuando Marruecos controla una de las orillas de acceso a dicho mar.
Tras estos cuatro motivos habría que preguntarse ¿cómo explicará Mohamed VI a Estados Unidos su giro estratégico a favor de Rusia? Probablemente le resulte difícil argumentar a la siempre hábil diplomacia alauí que ni el Pentágono ni el Departamento de Estado saldrán perjudicados de la alianza con Putin.
Rupturaen el Sáhara Occidental
Esta es la crisis más grave entre Marruecos y la ONU desde que en 1991 se desplegó MINURSO, compuesta actualmente por 210 agentes y más de 250 funcionarios civiles. Las expectativas que se habían creado en las últimas semanas de una negociación entre Marruecos y el Frente Polisario apoyada por Naciones Unidas para dar una salida al conflicto del Sáhara, han saltado por los aires. En la tarde del martes 15 de marzo se celebró una manifestación convocada por las autoridades marroquíes en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, con Ban Ki-moon como blanco de las críticas, informa la agencia Efe.
Incrementar el turismo ruso
Rusia y Marruecos han firmado un programa de cooperación turística hasta 2018 que incluye la celebración de ferias, el aumento de inversiones en el sector y una mayor frecuencia de vuelos directos entre ambos países.
En un ambiente de piropos mutuos, Mohamed VI alabó los esfuerzos de Rusia para acabar con la guerra en Siria a través de la lucha contra el Estado Islámico y el diálogo entre el régimen de Bashar al-Asad y la oposición moderada. El monarca subrayó que la decisión de Putin de poner fin a la intervención aérea rusa “permitirá que el proceso político sea irreversible”. Asimismo, ambos dirigentes abogaron por una rápida solución de las guerras en Yemen y Libia, y se mostraron a favor de la “creación de un estado palestino independiente con capital en Jerusalén Oriental”.
Éste es el cuarto encuentro entre Mohamed VI y Putin, ya que además de la anterior visita del rey marroquí a Rusia en 2002, se reunieron en 2003 en Malasia y en 2006 durante el único viaje oficial del jefe del Kremlin a Marruecos.
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