El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares de las Naciones Unidas entró en vigor el 22 de enero de 2021, una vez pasados 90 días desde que se consiguieron las 50 ratificaciones. Este instrumento legal sirve para poner más presión y estigmatizar a quienes confían en estas armas de destrucción masiva como forma de hacer política y proyectar poder, poniendo en riesgo con ello la existencia de vida en este planeta. Lo que sin duda fue un hito en la lucha por la paz y el desarme parece no haber recibido, no obstante, la atención que merece por parte de representantes políticos, medios de comunicación y opinión pública.
Con este tratado se puso fin a una anomalía histórica, ya que el armamento nuclear era hasta el la entrada en vigor del TPAN la única arma de destrucción masiva (siendo además la más destructiva) que no contaba con un tratado de prohibición en vigor. Y si bien es cierto que ninguno de los países nuclearmente armados ha firmado ni ratificado este tratado, entidades de la sociedad civil consideran que el TPAN es un paso adelante en la erradicación de estas armas, porque existen experiencias previas positivas de armamentos que después de su prohibición vieron su producción y su uso seriamente menguados.
A día de hoy, España aún no se ha adherido a este tratado y es justamente por ello que, coincidiendo con el primer aniversario de su entrada en vigor, la campaña «10 razones para firmar el TPAN» conformada por una veintena de organizaciones de todo el Estado, insta al Gobierno español a que firme, y posteriormente apoye la ratificación del TPAN, entendiendo que esta es la única posición éticamente aceptable respecto a un tipo de armamento capaz de provocar una catástrofe humanitaria y climática sin precedentes.
“De todas las armas de destrucción masiva, las nucleares son las más perniciosas y sin embargo han sido las últimas en disponer de un tratado de prohibición. Es particularmente alarmante que de las 13.000 armas nucleares que se calcula que hay en el mundo, 2.000 están listas para ser utilizadas. Hoy en día la potencia global del arsenal nuclear mundial equivale a 100.000 explosiones como las de Hiroshima y Nagasaki”.
Es por todo ello, que decenas de entidades de paz, derechos humanos, ecologistas, sociales, de todo el estado piden al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos que “muestre valentía y liderazgo oponiéndose a las armas nucleares y se desvincule de las directrices marcadas por los EEUU y la OTAN. “Con todo esto atenderá, además, al sentir general de la ciudadanía”. Como un primer gesto en este sentido, la campaña insta al Gobierno que asista a la 1ª conferencia de estados partes, que tendrá lugar en Viena entre el 22 y el 24 de marzo.
Todo ello se ha hecho público en rueda de prensa que ha contado con voces reconocidas dentro de la causa antinuclear como Josep Mayoral i Artigues, alcalde de Granollers y presidente de la sección europea de la red “Mayors for Peace”; Lucero Oyarzún, coordinadora de campañas digitales de ICAN (International Campaign for the Abolition of Nuclear Weapons); Teresa de Fortuny, investigadora del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, experta en armas nucleares; Carme Suñé, presidenta de Fundipau; y Ana Barrero, presidenta de la Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ).
“Lo que cambió en 2021 con la entrada en vigor del Tratado es que desde entonces las armas nucleares son ilegales según el derecho internacional. Y lo que se ha reforzado es que son inmorales, impopulares y cada vez más insostenibles para gobiernos y empresas”.
La campaña ’10 razones para firmar el TPAN’, liderada por AIPAZ, está formada por una veintena de entidades que trabajan por la paz y los derechos humanos y que tiene como objetivo presionar al Gobierno para que España firme y ratifique el tratado. Esta iniciativa pretende ahondar a nivel estatal en los esfuerzos de ICAN, la campaña internacional galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2017 precisamente por su labor impulsando el TPAN. “La campaña ha logrado sumar a entidades que no se ocupan sólo de paz y desarme, va más allá y con ello pretende volver a poner en la agenda la importancia del TPAN como algo que nos incumbe a toda la humanidad y, especialmente, a quienes consideramos una prioridad el cuidado de las personas y el planeta”, apunta Laura Alonso Cano, coordinadora de la campaña.