Casi dos tercios de todas las misiones militares de la UE vigilan y aseguran la producción y el transporte de petróleo y gas a Europa.
Desde 2018, Italia, España y Alemania han invertido más de 4.000 millones de euros en proteger el abastecimiento de combustibles fósiles, perjudiciales para el clima, según una investigación de Greenpeace Italia, Greenpeace España y Greenpeace Alemania.
Esta es la primera vez que una investigación examina las misiones militares de la UE y la OTAN durante el período 2018-2021, analizando documentos públicos y declaraciones de líderes políticos para calcular los costes de Alemania, Italia y España.
"Este mismo año, los gobiernos de la UE han desplegado soldados y equipos militares en respuesta a emergencias tales como las severas inundaciones en Alemania, la borrasca Filomena en España o los grandes incendios en el sur de Italia. Este informe muestra que al mismo tiempo se enviaron más soldados y se invirtieron millones de euros para proporcionar seguridad a los barcos cargados de petróleo y gas, combustibles fósiles que continuarán agravando la crisis climática que ya ha causado tanta devastación. Los gobiernos y la UE deben poner fin a este círculo vicioso y redirigir el dinero hacia la descarbonización de la economía y la transición energética justa", ha declarado Javier Gª. Raboso, responsable de la campaña de Paz de Greenpeace España.
El actual líder en inversiones militares para asegurar combustibles fósiles es Italia, con más de 797 millones de euros sólo en 2021. España ha gastado este año 274 millones de euros en protección militar para las importaciones de petróleo y gas, y Alemania ha invertido 161 millones de euros.
"Nuestro informe muestra cómo la codicia por el petróleo ha llevado a Europa a desarrollar todo un sistema armamentístico para proteger el petróleo y el gas a expensas de las personas y el planeta. Los daños causados por la industria de los combustibles fósiles no se limitan a sus emisiones y han sido históricamente un factor de conflicto. La forma en la que la industria se sale con la suya es inyectando millones en propaganda manipuladora. Su objetivo es proteger sus beneficios a cualquier precio; nuestro objetivo es prohibir la publicidad y el patrocinio de los combustibles fósiles para que podamos desenmascarar a esta industria mortífera y alejarnos de ella de una vez por todas", ha declarado Silvia Pastorelli, responsable de la campaña de clima y energía de Greenpeace para la UE y principal organizadora de la Iniciativa Ciudadana Europea, que pretende introducir una ley que prohíba la publicidad y el patrocinio de los combustibles fósiles en la UE. Si un millón de ciudadanos de la UE firman la petición, la Comisión Europea tendrá que considerar la presentación de una nueva ley.
Los países de la Unión Europea dependen en gran medida de las importaciones de energía fósil de regiones que suelen ser políticamente inestables. Casi el 90% del petróleo y el 70% del gas natural utilizados en Europa se importan del extranjero. La UE depende de la estabilidad política de los países proveedores y de la seguridad en las rutas comerciales de suministro, situación que también intenta asegurar mediante la fuerza militar.
Los consumidores pagan una triple factura por las importaciones de energía fósil: los costes militares de asegurar las importaciones se suman a los ya elevados precios de la energía y, paradójicamente, a los daños de una crisis climática que se agrava.
La OTAN también ha invertido grandes sumas en asegurar las importaciones de petróleo y gas a la UE: más de 33.000 millones de euros entre 2018 y 2020. Esta cifra también incluye la misión internacional contra el Estado Islámico en Irak (Coalición Global contra el Daesh), que ayudó a asegurar los depósitos de petróleo y gas. Para la próxima década, la OTAN espera una mayor competencia por unos recursos energéticos menguantes y quiere ampliar aún más la protección de las infraestructuras críticas.