En el caso de Podemos, Errejón es el moderado y Pablo iglesias el radical, con Juan Carlos Monedero haciendo de tercer hombre hasta que sus “diferencias” con Hacienda le llevaron a apartarse de las fotos oficiales para no dañar la imagen de la formación morada. Los paralelismos están en las diferencias ideológicas que conviven dentro de esas dos formaciones. Socialdemocracia y liberalismo en el PSOE. Socialdemocracia y marxismo en Podemos.
Al igual que lo era González, Iglesias es insustituible, hoy por hoy, y no creo que el profesor de Políticas tenga ninguna intención de copiar al abogado sevillano en su renuncia a la secretaria general para volver con todo el poder y desprenderse del marxismo como paso previo para ganar por mayoría absoluta las elecciones a una derecha en descomposición.
Las tensiones autonómicas que está sufriendo Podemos tienen dos causas: una ideológica, que se observa claramente en Cataluña y Galicia; y otra estructural, de partido en formación, de movimiento popular y de masas a organización piramidal con “jefes” y programa de alcance nacional. También juegan los personalismos y las “familias” que buscan el control del partido. El mejor ejemplo de esto último está en Madrid, la Comunidad en la que los “barones” de Iglesias y Errejón llevan semanas poniéndose zancadillas.
Tras la comida que mantuvieron los dos principales dirigentes de Podemos con José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono en casa de éste, el que fuera ministro de Defensa, presidente del Congreso y presidente de Castilla la Mancha -con Emiliano García Page de invitado especial- aseguró que el más listo entre Pablo e Iñigo era el número dos, que era el más cercano a un acercamiento con el PSOE, y que sus tesis eran menos radicales que las del secretario general de Podemos.
Guerra perdió y el guerrismo se desdibujó, poco a poco, pero de forma imparable. Los liberales del PSOE ganaron y Carlos Solchaga, primero, y Narcís Serra, después, terminaron por llevar al socialismo español al centro y a la permanencia en el poder durante 14 años. Podemos se está formando como partido y tiene por delante “adelantar” al PSOE. Con Errejón los pactos serían más posibles, pero también correrían el riesgo de ser “abducidos” por el partido más viejo y con mayor estructura.