OPINIÓN

Lecciones Talibán (8)

Carlos González | Sábado 27 de noviembre de 2021
Pero en realidad, siguiendo con nuestro análisis estrictamente intelectual y científico, ¿Cuál es el conflicto que acontece en Afganistán?

El conflicto es el de siempre, el del calor del sol creador contra el frio resistente que hace que en las zonas umbrías permanezca la escarcha hasta cerca del mediodía o, si es muy baja la temperatura, que no desaparezca en meses. Es el choque y fricción permanente de las placas tectónicas, en direcciones contrarias, ambas pugnando por preponderar sobre el magma ígneo y no ser engullidas hacia la nada. Es el conflicto, como animales de grupo que somos, de los liderazgos culturales humanos. La lucha de unos líderes -culturas- por mantenerse o expandir su territorio de dominación, contra las más viejas o caducas, o contra las jóvenes imberbes que pretenden imponerse y se quedarán por el camino como un vano intento de alcanzar algún día la gloria. Son las guerras Médicas, las Púnicas, el Cisma de oriente, la reforma de Lutero y Calvino, o la conquista del Oeste americano. Es España, Inglaterra y tantos otros por expandir su imperio frente a las caducas culturas que se quedaron atrás y a las que arrasaron sin piedad alguna. Es, en el fondo, la vieja lucha desde hace 1.300 años entre el Cristianismo y el Judaísmo, por un lado, contra el islam. Solo que ahora, también como producto de ese viejo Cristianismo, ha devenido en la lucha entre el viejo Aristóteles, Descartes, Newton y Albert Einstein, el Racionalismo, el Cientificismo y el Constitucionalismo Occidental contra el viejo, ya muy viejo, Sagrado Islam.

Es el mecanismo de lucha por el cual unas élites pretenden alcanzar o mantenerse en el poder y para ello crean o recurren a una “Eclesiae”. ¿Qué es ésta? Un conjunto de ideas, dogmas y viejas costumbres con las que consiguen que les crean y les sigan un montón de débiles ignorantes, estos dependen de ellos para mantenerse con vida, y no pueden hacer otra cosa que obedecer y servir. ¿qué para qué hacen eso dichas camarillas de élites? Pues para lo de siempre: Comer la mejor comida, vivir en la mejor cueva o casa, y acostarse con la mejor mujer, o como sucede siempre, con las máximas posibles. En este caso concreto las viejas élites Pastún que luchan no solo contra Occidente sino también contra las otras tribus, bajo el criterio de que son Sunitas, y los otros Chiitas, o de cualquier otra creencia religiosa, con el único propósito inconsciente de mantenerse mandando y disfrutando de los privilegios que siempre han conocido y gozado. Y lo disfrazan como que es la lucha del Sagrado islam contra el invasor Occidente.

Y como los seres humanos somos una Especie que pretende dominar los máximos territorios que alcancemos, también aquí continua la pugna de todos los Liderazgos Culturales que aún a día de hoy perviven sobre el planeta Tierra. Por ello los Rusos y los Chinos, y los demás países llamados Islámicos, o con preponderancia de dicha religión, tratan de sacar partido y, alegando que defienden a este, o luchan contra aquél, quieren que gane uno o el otro porque pretenden que les proporcione a ellos una mejor posición en dicho conflicto para dominar el máximo espacio posible. No somos nada distintos a lobos, leones o elefantes luchando por mantener sus territorios de pasto o de caza.

Y como en todo conflicto, ahora se crearán bandos, unos apoyarán a unos y otros a los contrarios. Y también puede que hasta surjan apuestas. ¿Apuestas?, ¿es que alguien duda de quién ganará esta guerra al final?

¿De verdad alguien duda de quién ganará el conflicto entre los Comanches y sus lanzas y flechas y los Rostros pálidos y sus “Palos de fuego” y su “Caballo de hierro”? ¿Alguien está cegado por la pírrica victoria en Little Bighorn? ¿No terminaron los propios pieles rojas deseando disponer, y usando, los palos de fuego en cuanto pudieron? ¿Apuesta alguien por quien ganará el conflicto entre el general Lee o Grant, contra Jerónimo? ¿Duda alguien de que uno de los dos bandos terminará… En la reserva…?

El conflicto es entre el desarrollo y el conocimiento y, en contra, el deseo -fatuo- de querer parar la vida, de congelar el sol e impedir que germinen nuevas plantas, que el joven león deje de soñar con la caza, de desear parar una cultura, congelarla, sin cambio alguno, como que no será arrastrada -como todas- por el viento de los tiempos. El conflicto -por supuestísimo que no es entre el bien y el mal, ni entre la luz y la oscuridad- es entre el espacio y el tiempo. Unas sociedades-culturas se expanden porque las desea todo el mundo, el que más la desea es el que las combate, como los indios contra los palos de fuego -¡cómo les gustaba después usarlos!- y ahora los Talibán contra la dinamita y los teléfonos móviles -recuerdo a todo el mundo que la dinamita la inventó un tal Alfred Nobel, y es enteramente producto del malvado occidente y su ciencia- no digamos de los Móviles, pero ¡Cómo les gusta usar la dinamita y matar a cientos a la vez!. Yo no veo a ningún líder talibán enterrar los móviles ni los cañones con ánima estriada -la inventaron los americanos previo a su guerra de Secesión- y seguir con sus lanzas y escudos -los fusiles los adquirieron de Occidente- y volver con su verdadera cultura, lanzas y flechas, la del comienzo de la Edad Media.

¿De verdad alguien duda, y quiere apostar, de quien ganará esta guerra y quien terminará… En la reserva…?

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