OPINIÓN

Lecciones Talibán (6)

Abraham Maslow
Carlos González | Sábado 06 de noviembre de 2021
La pregunta que está en todas las bocas, que quizá no está suficientemente planteada y, por supuesto, resuelta, es: ¿Por qué los talibán? ¿Cómo es posible que después de un estado más o menos normal, que quisieron imponer los soviéticos (1.979/89), y del triunfo de los señores de la guerra, la población prefiriese a estos (1.996/2.001), y ahora, veinte años después, los prefiera de nuevo?

La respuesta es bastante obvia, y, analizados los artículos anteriores, puede que bastante fácil de explicar y ver: Ante un Liderazgo cultural Islámico cerrado. Ante ese tipo de élites que no solo defienden cualquier estructura de estado, sino que lo combaten a muerte hasta su destrucción absoluta –Por ello triunfaron los señores de la guerra-. Ante la inexistencia de cualquier jerarquía seria y estable, y más aún con unos gobernados pobres y analfabetos, de los que ya hemos hablado, lo que los talibán representaban, y representan, es un liderazgo claro y serio arraigado en la población, el Islam, una desaparición de una lucha a muerte entre clanes rivales y destructivos, la implantación de una jerarquía estatal medianamente seria, y por ello, un poco de paz y una vida medianamente moderna de: Seguridad, estabilidad, mercados abiertos, carreteras nacionales y comienzo de crear un mínimo estado, con todo lo que ello implica.

Los Talibán, inconscientemente, está aplicando los conocimientos desarrollados por Abraham Maslow en 1.940, que no son otros que lo que motiva a todo ser humano: Primero la seguridad, si los señores de la guerra luchaban cada día, al afgano medio lo mataban cada hora unos u otros. Segundo, la gente quiere comida y bebida, con las disputas de clanes y etnias el que hubiera, y haya, un simple mercado de productos básicos era imposible. Los Talibán lo facilitan con su política. Tercero, si los clanes estaban en lucha permanente cualquier proyecto de afectos entre familias, matrimonios, estudios de los hijos y demás necesidades eran totalmente imposibles. Y no digamos ya nada del Reconocimiento social. Este, como es absolutamente lógico, solo puede ser, y así era, para los guerreros de turno que en esta ciudad mataron a diez mil, o que en aquella a veinte mil. Es decir, una locura permanente. Pero nadie podía -ni puede- ser un gran doctor, o Ingeniero o abogado, y menos aún un escritor, periodista o pintor, y ser admirado socialmente.

Como los talibán conseguían parar aquella lucha perenne sin sentido y establecían unas mínimas leyes estatales, aunque fueran basadas en el Islam, que todos conocían, pues por eso prefirieron -y por lo que se ve prefieren- a estos frente a ningún otro, incluso frente a los occidentales, por mucha modernidad que representen.

Recordemos que, especialmente los españoles, que alardeamos de nuestra guerra de la independencia 1.808/14, Fiesta de Madrid capital, y, a su vez, también son hechos históricos referentes de la mayoría de naciones de Europa, Rusia, Prusia, e incluso Reino Unido, contra Napoleón y Francia. Y lo celebramos todos con orgullo y regocijo. Pero tampoco olvidemos que los republicanos franceses traían la luz y la modernidad y nosotros defendimos nuestros viejos demonios, en los que nos refugiamos, lo que nos costó más de ciento cincuenta años quitárnoslos de encima. Rusia aún no lo ha conseguido.

Este triunfo Talibán parece que representa la unión del pueblo afgano, y la paz, la comida y una defensa de su cultura y sus tradiciones frente a los invasores. Pero nosotros sabemos que es un triunfo momentáneo, y sin camino a ninguna parte, porque en el fondo, y visto con claridad, sin tapujo alguno, -como para nosotros en 1.808- representa una vuelta a la vieja barbarie y la más profunda oscuridad, frente a la Luz de la razón y el conocimiento, que traía entonces Francia.

Claramente, los talibán triunfan en ese mundo, porque siendo como son, unas personas que viven en las Leyendas Artúricas, donde solo impera la ley del conde o marqués más fuerte, y por desgracia, casi siempre el más déspota y explotador, donde todo el mundo vive encerrado en sus pequeños terruños, los Talibán y el Islam, como el cristianismo en Europa después de Carlomagno, significa una serie de ideas generales que dicen que matar, violar y robar está mal, cosa que en su cabeza, con las viejas costumbres Pastún, hoy, es todo lo contrario, y con estas nuevas ideas, y autoridades, podrá, como con los caballeros de la Tabla redonda, desplazarse de pueblo en pueblo e incluso visitar la capital, sin que un señor feudal los mate o los robe por el camino, y más aún, por eso protegen a sus mujeres y las esconden bajo el burka –a sus ojos no para explotarlas, sino para salvarles la vida o que no sean violadas por el señor de turno que monta un control de carretera y viola sin piedad a quien quiera sin que estado alguno le juzgue- porque al no existir una legislación nacional ni policías ni jueces, cada jefe de Clan, hace en su territorio, lo que le da la gana.

Los Talibán, por lo menos en ideas, ya veremos cómo y cuando lo implantan en la realidad, defienden un incipiente estado con unas ideas generales y obligatorias, por eso son medianamente aceptados por la población y, por exclusión, los prefieren… Frente a todos los demás.

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