Juan Carlos Gaeta | Martes 28 de septiembre de 2021
Les juro y les rejuro que quería hacer un artículo sobre el "Corral de la Pacheca" en el que han convertido el mal llamado juicio sobre la BPA, y sobre la más "casualidad de todas las casualidades", yo jamás he creído en ciertas "casualidades", de que el banco verde acabe haciéndose con todos los destrozos que las distintas instituciones andorranas han cometido a lo largo de estos ya más de seis años. Pero, ¿qué más puedo decir que no haya dicho durante todos estos años? Ahí están mis escritos, y el que tenga ganas y tiempo, que se los relea.
Ayer leí un artículo en el ABC en que José Ignacio Sánchez Galán, Presidente y Consejero Delegado de Iberdrola, afirmaba que "los inversores se marchan de españa por la indeguridad jurídica". Y si se van de España por ese motivo, ¿vendrán a Andorra? ¡¡Ni hartos de vino!!
Pero no, hoy no voy a escribir sobre nada de todo esto, tiempo habrá de escribir y reescribir cómo se estampan con sus juicios, y de la más "casualidad de todas las casualidades". Hoy voy a volver a escribir sobre los daños mentales y psicológicos que hace meses que están ahí y a los que nadie parece prestarles la atención debida. Ayer mismo una agencia de noticias francesa daba las siguientes cifras:
¿Acaso en Andorra la cifras, en la debida proporción, no son similares? ¿Acaso somos diferentes del resto del mundo? ¿Acaso somos una raza superior? Yo diría que NO, pero siempre habrá los de siempre que saldrán diciendo que está todo controlado, que se han creado un montón de comisiones y que todos sus asesores externos así lo confirman. Pero bueno, incluso parte de la población, los "tragacionistas" se lo creerán y todo. Yo, que salgo poco de casa por todo mi historial clínico, cuando lo hago, la gente me explica cada cosa que hace que se me erice hasta la piel. La gente lo está pasando no mal, sino peor. Tan sólo con prestar la oreja una media hora, la gente te acaba explicando su vida, y en la mayoría de las ocasiones eso ni es vida, ni es nada. Son tiempos de tribulaciones, absolutamente nadie sabe si vamos a tener mañana, y la gente ha perdido la esperanza, las ilusiones, muchos de ellos se consideran hasta invisibles, como si no existieran, otros hace meses que han tirado la toalla directamente, otros están totalmente exhaustos y extenuados de intentarlo infructuosamente una y ora vez, o incluso un millón de veces, otros pasan de todo, y el resto puede que lo tengan todo a la vez.
Y lo más trágico de todo es que todavía hay gente que no quiere confesar sus problemas psicológicos por el "qué dirán". En pleno siglo XXI todavía hay gente así de retrógrada. Pedir ayuda a un profesional cuando se tienen problemas es la única vía para solucionarlos.
La gente no es feliz hoy en día. Tan sólo sienten un terrible vacío en sus entrañas y en muchos casos una soledad no deseada. Ya tiene razón Layla cuando dice lo siguiente: "¿Quién puede ser completamente feliz en estos tiempos? Todo el mundo está roto por algo. El mundo solo se divide entre los que confiesan su dolor y los que no".
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¿Dónde están los GRANDES estadistas, ésas personas que en tiempos difíciles hicieron levantar el ánimo a la población que NO los pseudopolíticos que hoy en día padecemos todos?
¿Qué KK de mundo vamos a dejar a nuestra descendencia? Si no cambian las cosas, y por lo que parece todo indica que no van a cambiar, y no ponemos al frente de los gobiernos gente capaz, vamos directos al colapso de la Humanidad. ¡¡De cabeza!!
Señoras y señores, o acabamos de una vez con el SISTEMA, o el SISTEMA acabará con todos nosotros. Piensen que en las anteriores revoluciones, el poder de la mano de obra tenía mucha fuerza porque eran indispensables. Pero en la revolución en la que estamos inmersos ahora mismo y desde hace años, ése poder ha desaparecido porque las máquinas lo hacen todo o casi todo. Y ahí reside el quid de la cuestión, que aún hay gente que no lo quiere ver, o no lo quiere saber, o pasa de todo directamente. Los americanos, que no dejan de tener un sentido del humor muy peculiar, hicieron hace años una imagen que hoy en día sigue siendo totalmente válida:
Intenten ser felices.
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