Puertas giratorias: El lucrativo negocio de la política del que PP y PSOE no se avergüenzan

En España, de los gobiernos de Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, tres de cada diez ministros dejaron la política para embarcarse en actividades en la empresa privada.

Además, en nuestro país existe una ley de incompatibilidades vigente: la Ley 5/2006, de 10 de abril, de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado.

Según la citada ley, los altos cargos que abandonen su puesto tienen un periodo de dos años en los que existen una serie de limitaciones a la asunción de responsabilidades en empresas privadas, así como la obligación de presentar ante la Oficina de Conflictos de Intereses un informe acerca de las actividades a realizar (art. 7).

Por ello, deben abstenerse de realizar cualquier actividad que guarde relación con las responsabilidades ejercidas en el cargo público anteriormente ejercido.

Sin embargo, lejos de ser una práctica poco habitual, se ha convertido casi en tradición en la política española, tal y como podemos ver reflejados en los siguientes datos que ofrece el portal Inventati:

En los últimos tiempos hemos acudido además a otro tipo de las conocidas como puertas giratorias: de la política a la televisión, como es el caso de Pablo Iglesias, Carmen Calvo, José Luis Abalos, José Manuel García Margallo, Susana Díaz, Esperanza Aguirre, así como otros de la talla de Cristina Cifuentes, José Bono, Cristóbal Montoro, Manuela Carmena, Leire Pajín, Xavier Doménech, Celia Villalobos o Miguel Sebastián, por nombrar a algunos.