Pablo Iglesias ha sido tan locuaz durante años que ashora, cuando aspira a convertirse en vicepresidente del Gobierno, sus incendiarias soflamas le pesan como una losa. El líder de Podemos ha organizado un equipo de hackers para borrar de la red videos y audios comprometedores en los que asegura que el español “es un Parlamento burgués y de mierda”, se muestra contrario a “pactar para gobernar, si no se tiene mayoría absoluta”, incita a “vivir ocupando”, “practicar la gimnasia revolucionaria fabricando cócteles molotov contra la policía”, entre otras expresiones antisistema. Afirmaciones que rompen con la imagen dialogante, de moderación y democrática con la que intenta atraerse a la opinión pública para llegar al poder.
Una simple consulta en el buscador de Google ofrece miles de referencias de charlas, coloquios y mítines del líder de Podemos donde se confesaba comunista radical y animaba a tomar el poder capitalista con todos los medios posibles, incluida la vía armada. Ahora que ya es parlamentario, diputado por el Congreso de los Diputados de la Carrera de San Jerónimo, sus afirmaciones revolucionarias se han convertido en su peor pesadilla y en una pesada losa que resta credibilidad a la imagen de moderación, diálogo y talante democrático con que Pablo Iglesias trata de atraerse a la opinión pública.
Algunos de los videos que circulan en la red dejan al descubierto el rostro más oscuro del líder de Podemos, como su charla ante militantes en la escuela de verano de Podemos cuando asegura que “no gobernaremos si no tenemos la mayoría absoluta para gobernar, porque no se puede pactar para gobernar”, después de afirmar que el español es un “Parlamento burgués y de mierda”.
O en referencia al problema de los desahucios, incita a quienes viven de alquiler o pagan una hipoteca a “vivir ocupando” una vivienda. Incluso defiende la vía armada para luchar contra el sistema al afirmar textualmente: “Supongo que muchos de vosotros sabréis perfectamente fabricar cócteles Molotov, de los que incendian y de los que explotan, sabréis hacer barricadas y correr en sentido contrario a la policía”, y les conmina a “entrenarse para tomar las armas ante la crisis final del capitalismo”… palabras que Iglesias quiere hacer desaparecer de internet para presentar su cara más amable en pleno proceso negociador con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para formar un Gobierno de coalición.
La mentira como arma política
En las decenas de videos al alcance de cualquier usuario de Internet nos encontramos a un Pablo Iglesias que, junto a las arengas revolucionarias a los militantes de Podemos, se declara acérrimo partidario del régimen chavista al ser entrevistado por la televisión venezolana: “lo que ha ocurrido en Venezuela, lo que está ocurriendo en América Latina, lo que va a seguir ocurriendo, es una referencia fundamental para los ciudadanos del sur de Europa (…) tenemos que imitar a América Latina y tenemos que aprender de América Latina”.
Afirmaciones que niega cínicamente ante las cámaras cuando una periodista le pregunta: ¿Por qué toma usted como referente el sistema venezolano y lo pone como ejemplo? A lo que Iglesias responde tajante y sin inmutarse: “eso lo ha dicho usted. Si puede usted citar algún referente donde yo haya dicho eso, se lo agradecería”. Una mentira de piernas muy cortas si se tiene en cuenta que el video circula por las redes sociales.
Lo que demuestra que el líder de Podemos no tiene empacho en retorcer la realidad y hacer de la mentira el arma más eficaz para llegar al poder, como marca el manual del marxismo-leninismo que Iglesias sigue al pie de la letra, según desvelan antiguos dirigentes comunistas con gran cabreo del líder podemita al ser descubierto su juego por quienes mejor conocen las técnicas de agitación y propaganda del fenecido sistema soviético.
El máster de Suiza
Los seguidores de Pablo Iglesias cuentan con una generación de periodistas jóvenes que, en su mayoría, formulan preguntas amables en las innumerables ruedas de prensa que últimamente viene ofreciendo y que le permiten lucirse cuando no hay preguntas incómodas. El líder de Podemos realizó en 2011 un máster sobre el “Arte de la Comunicación” en la elitista European Graduate School (EGS) de Suiza. En el curso se enseña cómo utilizar la televisión, la prensa y el cine para influir en la política…Iglesias fue un alumno aventajado que pone en práctica el adiestramiento recibido.
Por ejemplo, repetir varias veces a lo largo de una rueda de prensa la “idea-fuerza” que en cada momento quiere que los medios de comunicación conviertan en un titular. Frases cortas, precisas, con un mensaje directo como “queremos formar un gobierno de progreso”, reiterada una docena de veces durante su intervención como una letanía subliminal para que llegue a millones de españoles a través de la televisión, la radio y las redes sociales. Suena tan bien que ¿quién se va a oponer a un gobierno donde todos vamos a progresar? Expertos en comunicación social coinciden en la maestría de Iglesias para transmitir mensajes.
Vena autoritaria
Pero cuando algo no le agrada, sale a la luz la vena autoritaria de Iglesias. En la rueda de prensa del 16 de febrero, en la que presentaba el proyecto de Podemos para gobernar denominado “El Programa del Cambio”, Pablo Iglesias daba las gracias a cada pregunta formulada por los periodistas, en una estudiada pose para atraerse la empatía del informador. El acto transcurría en orden hasta que un periodista le preguntó si el interés de controlar el Ministerio del Interior, el de Justicia y el CNI estaban motivados porque estaba siendo investigado en relación a la financiación recibida de Irán y Venezuela.
Iglesias pierde los nervios cuando los periodistas le preguntan por la financiación de Irán y Venezuela
A Iglesias se le heló la sonrisa y tras recurrir al argumento que tienen preparado para esta pregunta crucial de que las cuentas de Podemos eran transparentes porque estaban auditadas por el Tribunal de Cuentas y por una auditoría popular, puso fin a la rueda de prensa mientras sus seguidores trataban de contrarrestar en las redes sociales la incómoda pregunta del periodista.
Podemos conoce mejor que ninguna otra formación política española la importancia de las redes sociales para influir en la opinión pública, fundamentalmente en la masa crítica de los jóvenes, de donde obtiene el grueso de sus votos. Dispone de cientos de operarios que transmiten consignas para que se activen opiniones favorables a Pablo Iglesias y se magnifique cada actuación. El “núcleo” de operadores siempre está presente en cada intervención pública del líder y se les puede ver tecleando desde sus móviles los mensajes y subiendo los videos que en pocos minutos, y de forma exponencial, inundarán las redes sociales.
Borrar el rastro digital
Otra forma de diluir las informaciones y videos molestos al líder de Podemos consiste, como hacía la empresa contratada por algunos dirigentes del PP (Eico Online Reputation Management, S.L.), en inundar la red de informaciones y vídeos favorables a Pablo Iglesias para que en el buscador aparecieran siempre las interesantes en los primeros resultados. De esta manera, debías pasar varias páginas del buscador para encontrarte con las que no interesaban que se volvieran a leer o ver, en el caso de videos.
Un equipo de hackers de Podemos trabaja contra reloj para eliminar de YouTube cualquier video comprometedor para el líder
En YouTube se le puede ver cómo manifiesta con orgullo su participación en actos contra la sede del PP: “Recuerdo en Génova que los del MRG (Movimiento de Resistencia Global) íbamos con escudo y con cascos y cuando volvíamos después de ese épico momento masculino de choque con los antidisturbios, veíamos a los compañeros del espacio alternativo que estaban en Izquierda Unida, eran redforce. Estaban ahí con los de la LCR (Liga Comunista Revolucionaria) y era como que... los de izquierdas de verdad llevamos cascos y escudos y estamos en la primera línea de la manifestación”.
Apología de la violencia
Existe un vídeo que delata una imagen bastante molesta para Pablo porque cada vez que alguien la vuelca en YouTube es eliminada. En él Iglesias explica que “sólo me he roto un hueso una vez. Me rompí el hueso de una mano por dar un puñetazo. Y di un puñetazo no porque alguien de mi situación socioeconómica se vea muchas veces en esa situación. Estábamos en un centro social, en un laboratorio y un grupo de lúmpenes, gentuza, de clase mucho más baja que la nuestra, intentó robar una mesa de mezclas. Yo creo que con criterio normal, si me robas la mesa de mezclas te rompo la boca”.
Iglesias, caso único
La hemeroteca, y desde pocos años la videoteca, traiciona a todos los políticos en mayor o menor medida, según su locuacidad y las mentiras que vierten a lo largo de sus carreras. Pero el caso de Pablo Iglesias es excepcional, ya que confluyen en él dos circunstancias que no se habían dado entre las fuerzas parlamentarias al comienzo de la Transición democrática, ni siquiera con el entonces temido Partido Comunista de Santiago Carrillo: Iglesias es el único líder de un partido parlamentario que ataca virulentamente al sistema e, incluso, llega a defender la vía armada para llegar al poder y, al mismo, tiempo tiene la opción de convertirse en vicepresidente de Gobierno.