Jesús Antonio Fernández Olmedo | Lunes 13 de septiembre de 2021
En España sucede un suicidio cada dos horas y media, está muy claro de que se trata de un hecho silenciado. No queda bien que en una sociedad tan "progresista" y "avanzada" ocurran estos hechos y por eso se ocultan, se tapan, para que no se vean.
Es un sistema social que no da para más y que ha llegado definitivamente a su fin. Está terminado, acabado.
Pero esto no se quiere admitir ni tampoco la gente quiere ponerse manos a la obra a construir otras metas, otros objetivos de futuro, restablecer el tejido social que está destruido por otros y etc...
Mas bien se sigue mirando para otro lado al igual que hacen los gobiernos con lo cual se está siendo cómplice de la situación.
Suicidarse es sinónimo de inmolarse con lo que queremos decir que no solo los terroristas lo hacen sino aquí en Occidente están ocurriendo estos hechos por parte de ciudadanos "normales" donde en un país cada día se suicidan diez personas.
Vivimos en una sociedad drogada, España junto con Portugal son los lugares donde más ansiolíticos, sedantes e hipnóticos se consume.
El acceso a la salud mental está relacionado con el poder adquisitivo, esto denota una carencia fuerte en los sistemas sanitarios, que más de uno se le llenaba la boca diciendo que era "el mejor del mundo".
Hay una falta grande de educación emocional y se ha creado una sociedad individualista del "sálvese quien pueda" donde la parte solidaria ya no existe o queda relegada a la limosna a ciertas instituciones, como si la solidaridad fuera dar 3 euros al mes a una ONG y ya está.
Hemos mentido desde el amanecer hasta la noche y, por ello, tenemos y vivimos en una sociedad hipócrita que antiguamente se llamaba farisea.
Estamos como al principio y no hemos avanzado en nada. Los niños, nuestros hijos o nietos deberían de aprender de que la vida no es para nada un cuento de hadas, empezando por ahí. De esta forma forjaríamos hombres y mujeres con capacidad ante las adversidades.
Si queremos prevenir o bien luchar contra el suicidio tenemos que eliminar el consumismo, la felicidad no está en consumir todo lo que pueda y más. Tenemos un concepto erróneo de la vida que debemos de abolir pese a quien le pese.
Ese planteamiento del padre que le dice al hijo "niño si estudias y sacas buenas notas te compro no se que cosa" es falso y va camino del abismo.
En fin, no me quiero alargar más pero deberíamos replantearnos muy seriamente a que estamos jugando, para empezar con nuestras vidas que siempre están relacionadas con otros seres.
Por otro lado y finalmente, los estados deberían invertir en salud mental, esto haría un gobierno que se precie o dar pasos hacia la igualdad y mejoras en las condiciones de vida.
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