CRISIS POLITICA

Otro asalto del Islam

Nicolás Poveda | Jueves 09 de septiembre de 2021
Desde los años 90, dado mi traslado laboral a la provincia de Almería, me vi obligado a tener que adoptar resoluciones sobre hechos que tenían como motivo principal el islamismo radical de los autores, lo que me obligo a tener que realizar un estudio profundo sobre lo que era y significaba el Islam y los islamistas así como su actividad más radical de exterminio del infiel, siendo aplicado este adjetivo a todo aquel que se oponía a sus tesis y/o figuras, incluso por comentario a veces mínimo en cuanto a la oposición, pero, para el que parte de la idea de que el islam es intocable representa una gravísima afrenta digna del mayor castigo.
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Cuando posteriormente por razones de traslado accedí a ejercer en Tribunal de Madrid, las competencias terroristas del órgano judicial, me impuse una mayor profundización de lo que era; en qué consistía; cuales eran sus medios; sus métodos de actuación y su final.

Me vi obligado a estudiar algunos trabajos realizados por investigadores científicos extranjeros y examinar con todo detenimiento las opiniones de las personas que constaban como conocedores y estudiosas del tema, sobresaliendo entre todos, el diplomático almeriense Sr. D. Inocencio Arias Llamas, que fue representante español en las Naciones Unidas, quien por razón de su trabajo como tal. había tenido que examinar y sacar conclusiones de lo que era y representaba aquello, y también del Académico Sr. D. Arturo Pérez Reverte, quien ha trabajado sobre los medios y efectos del islam, publicando diversos libros novelados sobre ello, pero siempre basados en hechos reales. Y sobre todos el Papa San Juan Pablo II, que, en referencia al islamismo y Europa, puso de manifiesto hace muchos años el peligro que representaba para la denominada civilización europea, lo que representó para Berlín y la caída de la URSS, a quien por razón de su cargo y de la entidad que representaba cabe establecer que conocía sobradamente lo que era y lo que representaba el islam y el peligro que conllevaba para los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Don Inocencio Arias, puso de manifiesto su incredulidad y rechazo al “síntoma” de libertad que algunos de nuestros izquierdistas más fervorosos, con coleta y sin ella mostraban ante las llamadas “primaveras”, las que se produjeron curiosamente en los países árabes en los que no gobernaban los islamistas, sino que lo eran por militares o políticos de partido, así Libia, Egipto, Siria, etc. , o existían sociedades fuertemente asidas a ciertas libertades como Argelia o Líbano, lo que en definitiva se pretendía con dichas primaveras no era agrandar el régimen de libertades de los ciudadanos, sino alcanzar el poder por la minoría religiosa islámica y sus fuerzas armadas leales, y sucedió lo que anunciaba el diplomático, 0065terminio de la libertad...

Don Arturo Pérez Reverte se cansa de manifestar que lo que existe es un choque de civilizaciones, libertad contra religión y en esta última la utilización de la denominada guerra santa, como estamos viendo últimamente en Afganistán, en donde podrán salir del país unos cuantos, para mantener su libertad, pero son cientos de miles los que sufrirán el acoso y la muerte si no se pliegan a los designios del emir de turno.

Por eso lo que está pasando en este momento, llama la atención de algunos, pero en realidad no es más que la crónica de una muerte anunciada, los derechos de las mujeres, a vestir como quieran, a trabajar, a estudiar e incluso a conducir dejaran de existir, con la connivencia de muchos occidentales que se dicen progres. La libertad de circulación y de residencia desaparece como en tiempos de alarma. Las obras de arte serán demolidas como sucediera en su momento con los famosos budas de piedra, en definitiva, desaparecerán los derechos humanos y las libertades cívicas. Por el contrario, se instaurará un régimen político dirigido por los religiosos musulmanes, ajeno a los poderes civiles y solo bajo sus mandatos acordes con una Ley la Sharía, sin que el Parlamento, si es que existiera, tenga ninguna capacidad de acción, como sucede en Irán, donde en efecto, hay parlamento y elecciones de diputados, pero sus leyes deben ser comprobadas y aprobadas por el Consejo de los Ayatolas, los que incluso tienen un ejercito efectivo en los guardianes de la revolución.

Si alguno duda de mis palabras, lo propongo cuando tenga un rato, que se lea el Corán, donde se regula no solo lo religioso, sino también como se debe de heredar, como serán las separaciones conyugales, como es el poder omnímodo del marido sobre la esposa, que podrá ser despachada con una mera carta de repudio, y si no se cumple ya se sabe, la muerte por lapidación o por el tiro en la nuca.

Porque no es otra cosa lo que pretenden, mandar sin freno alguno, y si alguien se opone, se le declara infiel y ya sabe, matarile, como a los dibujantes de la revista parisina.

Es el agravio mayor que pueden recibir las democracias como forma de gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, sistema que quizá como decía Churchill no era perfecto, pero era el menos imperfecto de todos para la salvaguarda de nuestros derechos ciudadanos, ya que no olvidemos el islam pretende instaurar su forma de gobierno religioso, ajeno al sistema civil, poder religioso por encima del poder civil, lo que evidentemente y por lo visto no es lo mejor para los ciudadanos.

Esperemos un poco y veremos las consecuencias, las veremos todos incluso los que no quieren verlas.

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