Desde hace más de mil años se esperaba este momento. El abrazo de los líderes de las Iglesias Católica y Ortodoxa, el Papa Francisco y el Patriarca ruso Kirill. Un acontecimiento histórico que supera la división de la cristiandad ocurrida en 1054 entre el Papado de Roma y la Iglesia de Oriente, y que se produce en el apogeo de la Apocalipsis con sus cuatro caballos: el blanco del capitalismo desenfrenado, el rojo de las guerras y masacres terroristas, el negro que representa la desesperación de millones de personas obligadas a emigrar y el amarillo como metáfora de las hambrunas y epidemias.
El encuentro que tiene lugar el viernes 12 de febrero en La Habana entre Francisco y KirillI (Cirilo), no es una reunión ecuménica más como las celebradas por las distintas religiones e iglesias de la Cristiandad, del Judaísmo, del Islam y del Budismo, tras las catástrofes y atentados ocurridos desde hace un cuarto de siglo en todo el mundo.
Visto a escala planetaria y desde la óptica histórica, es, sin duda alguna, el acontecimiento más importante en la historia de la Cristiandad desde la fundación de la Iglesia en tanto que estructura religiosa socio-temporal en el siglo I de nuestra era.
Las otras grandes religiones también aceptan el profético Apocalipsis, aunque lo llamen “milenarismo mesiánico”, “final de los tiempos”, “mahdismo”. En cualquiera de las visiones se refiere siempre a la llegada del Esperado, del nuevo Mesías, del último Profeta, que revelará a la humanidad su pasado, su presente y su futuro.
Romper los siete sellos
Pero este acontecimiento apocalíptico, aunque tenga un sentido filosófico-religioso difícil de comprender por las mentes científicas, también posee una variante arrolladora, la de romper los “siete sellos” que atenazan el porvenir de la humanidad y lo someten a elites dictatoriales.
Expertos del Vaticano y de la Iglesia Ortodoxa rusa coinciden en señalar a mil21 que los primeros “sellos apocalípticos” ya se han roto: el primero, que simboliza el caballo blanco, lo ha sido con el desarrollo de la sociedad de consumo propia del capitalismo liberal desenfrenado; el segundo, el del caballo bermejo, es el de las guerras y masacres terroristas con millones de muertos; el tercero, el caballo negro, está en pleno despertar, y es el de la miseria y desesperación de cientos de millones de emigrantes; el cuarto, el del caballo amarillo, es el hambre y las epidemias que diezman a la población mundial.
Ambos líderes religiosos que están al frente del mayor número de fieles cristianos (1.250 millones de católicos y 300 millones de ortodoxos), saben que después del “quinto sello” están obligados a abordar la ruptura del “sexto sello”, que supondrá convulsiones sociales sin precedentes.
Terremotos y catástrofes
Se trata de los “terremotos y catástrofes” que relata el Apocalipsis, y que se interpretan como revueltas sociales protagonizadas por millones de personas en todo el mundo clamando justicia y drásticos cambios en los poderes que gobiernan el planeta.
Francisco y Cirilo coinciden en su encuentro de La Habana en que su misión es sacar a la luz a los poderes ocultos, a las élites que integran el gobierno mundial en la sombra, las finanzas, el dinero negro, las mafias que se alimentan de las guerras, los saqueadores de las riquezas naturales, y de quienes contaminan el planeta.