Según el último balance del Ministerio de Igualdad, un total de 30 mujeres han sido asesinadas por violencia de género en 2021. La mayoría de ellas, 23, no habían presentado ninguna denuncia y 14 han muerto a manos de sus parejas. En total, se suman 1.108 mujeres asesinadas desde 2003, año en que se empiezan a recopilar datos. El último caso es el de una chica de 25 años que murió en Tarragona el 30 de julio. Su presunto asesino fue su pareja, sobre el que existía una denuncia previa y una orden de alejamiento vigente. La víctima no tenía ningún hijo. Con respecto al mismo mes de 2021, hay una variación de -7 víctimas.
Victoria Rosell ha explicado las principales causas de este aumento de la violencia: en primer lugar, el “rechazo de los hombres frente al feminismo”, en segundo lugar, la vulneración de las mujeres migrantes. De hecho, Rosell ha indicado que algunas de ellas son detenidas cuando van a presentar la denuncia contra su agresor (ya que se encuentran en situación irregular). De hecho, a pesar de que las denuncias son un primer mecanismo para tratar de controlar la violencia, Rosell ha explicado que “son una puerta muy estrecha para muchas mujeres que no tienen la posibilidad de denunciar”. En tercer lugar, Rosell ha expresado la necesidad de, no solo denunciar, sino de educar a la población, encontrar el problema de fondo.
Otro motivo es la necesidad de algunos hombres de controlar a sus parejas y, que con el fin del estado de alarma y la “mayor libertad”, se sienten vulnerables y se vuelven más violentos. De hecho, esto lo corrobora con las cifras, ya que el aumento de casos está siendo preocupante. En una entrevista reciente para La Ser, Rosell ha manifestado su deseo de “controlar más a los agresores” y llama a la reflexión de toda la población. Para ello, es necesario “mejorar y actualizar los protocolos” de protección y defensa de las mujeres. De hecho, ella misma ha confirmado que “los protocolos siempre pueden mejorar”.
A pesar de que algunas mujeres han solicitado o logrado la separación o el divorcio, ello no tiene siempre un efecto positivo. Sus exparejas se frustran y lo pagan con ellas o, son las propias mujeres quienes no encuentran “el apoyo social o la sensibilidad que debían”. En mayo, Rosell sostenía que: “es el año en el que menos víctimas ha habido desde que se computan”, aunque no por ello el problema deja de ser grave. Según un estudio conducido por Bermúdez y Mélendez-Domínguez, que publicaron en 2020 “Análisis epidemiológico de la violencia de género en la UE”, en España, el 0,13 % de las mujeres fueron víctimas de violencia de género, lo que nos sitúa entre los países con tasas más bajas.